Reconozco que la situación se está poniendo muy grave: prohibiciones, limitaciones, toque de queda, angustia, miedo al contagio, pérdida del empleo, ERTE o lo peor, quedarse sin trabajo. No me puedo olvidar de las críticas a las incongruencias de los políticos. Me preocupa que desde marzo hayan muerto en el Estado más de 60.000 personas. Son cifras duras, frías y que no podrán quedarse ahí. Mal no nos vendría recordar aquellas recomendaciones del poeta latino Horacio (65-8 a.C.): "Acuérdate de conservar en los acontecimientos graves la mente serena". Creo que son palabras oportunas ante esta situación de pandemia que estamos sufriendo. La calma, el sosiego, son indispensables en los momentos de tormenta. Mostrar ánimo y valor después de la victoria lo sabe hacer cualquiera. Lo difícil es tener valor cuando uno pierde, cuando las cosas nos vienen torcidas, cuando parece no haber salida. Y la clave es seguir esta prueba y no perder la esperanza que de aquí saldremos bien. No sé si me he pasado pero no quiero caer ni en la desesperación ni en el miedo. Es importante que cada uno desde nuestro sitio cuidemos los unos de los otros y tener esperanza de que de esta salgamos adelante.