Todos los periodos legislativos suelen ser importantes, pero ante las dos grandes amenazas que vivimos, la situación sanitaria por la pandemia y la crisis económica van a ser los ejes fundamentales del nuevo Gobierno Vasco. Le deseo suerte y acierto. En política no valen la improvisación ni el voluntarismo, son fundamentales la sensatez, el tacto y el arte de saber hacer bien la cosa pública. Los tiempos actuales son difíciles y se necesitará esa mano izquierda para servir al bien común aprovechando al máximo y honradamente los escasos recursos que hay, sean los de Euskadi o el Estado como los que provengan de Europa. Creo que son claves los cuatro retos del nuevo curso político vasco: 1. Salir del impasse económico marcando nuevos proyectos de recuperación económica. 2. Protección social. 3. Ir potenciando la convivencia democrática y la cogobernanza. 4. Desde el eje del autogobierno, cultivar la relación fluida con el Estado. Hay que recobrar la dignidad de la palabra política y del vocablo político. Si la política se convierte en sinónimo de nepotismo, de engaño y de corrupción, la vida pública se corrompe y la ética civil más elemental se derrumba. Los políticos tienen una enorme responsabilidad: deben servir honestamente al bien común, es decir, deben crear aquel conjunto de condiciones económicas, sociales y humanas que hagan posible el desarrollo integral de todas las personas de nuestra comunidad vasca.