Aclara la Real Academia Española que el término aprovechategui, así escrito, es un neologismo construido con el sufijo -tegi del euskera. Hay más casos: a botepronto, le viene a uno el término amarrategui, tan utilizado cuando se habla de fútbol. También utilizamos aprobetxategi en euskera de manera coloquial, aunque Euskaltzaindia recoge un único uso escrito. Se trata del bertsolari segurarra Joxe Insausti, que cuenta en su precioso libro Beti bertsoa buruan, publicado en 2002 en la colección Auspoa, cómo construyeron en 1955 su nuevo caserío, labor para la que contaron con la colaboración de mucha gente, aunque también hubo quien quiso aprovecharse de la ocasión intentando pegar un gran sablazo económico.
Más lejos de Segura, en París, el PNV acaba de recuperar con justicia el histórico palacete de la Avenida Marceau, sede de tantas cosas. A pesar de tratarse de una cuestión sobradamente documentada, así lo reconoció el PP en su día, los de Feijóo han montado en cólera, de tal manera que siendo un partido tan preocupado por la cuestión de la okupación, se ha erigido en este caso en el supremo defensor de los inquiokupas del lugar desde 1951, si bien con una experiencia previa una década antes. Empezó Borja Sémper intentando articular una gracieta citando a Curro Jiménez y sus atracos, pero le salió una solemne insulsez. La guinda la quiso poner otro aprendiz de chocarrerías, de apellido Tellado, quien tildó de aprovechateguis a los legítimos propietarios del edificio, amén de acusarles de utilizar comportamientos miserables y asquerosos.
Hablando de sedes, que un partido político que reformó la suya de la calle Génova de Madrid como lo hizo y pagó la de Bilbao de manera inmunda, berree ahora por la jelkide de París, revela una gran falta de escrúpulos. El apellido Tellado tiene origen en la voz gallego-asturiana que significa tejado. Pues bien, tiene uno la sensación de que al excelentísimo señor Tellado le está empezando a fallar su propia azotea.