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Lo especial es la capacidad que como sociedades supuestamente democráticas y formadas hemos desarrollado para tragar acciones como si fuesen pipas de girasol

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En Occidente tenemos tan bien lavado el cerebro con las fiestas patronales, la Liga, la pugna Broncano-Motos y 10 o 12 temas más amén de la hipoteca, no quedarnos en el paro y el precio de los pisos que ya no tenemos capacidad prácticamente ninguna de llevarnos las manos a la cabeza si leemos que unos 3.000 buscas han estallado en Líbano y que han dejado miles de heridos. Lees eso, analizas un poco el tema, piensas que es una de estas cosas de guerras que pasan en Oriente Medio desde que crecías en los 80 y Beirut era el epítome del horror y a otra cosa. Oye, que nada, que un estado se supone que apoyado por el país donde pago impuestos, por la UE, por los denominados buenos, va por ahí colocando explosivos en miles y miles de aparatos y haciéndolos estallar en un país soberano y aquí no levanta la voz ni Perry. Pues así está el asunto, un año casi después de que comenzara el enésimo horror en Gaza tras el ataque despiadado de Hamas. No hay manera no solo ya de verle una salida al conflicto a corto plazo —no te digo ya a largo— sino que además semana a semana se intensifica el catálogo de barbaridades y por lo tanto la nómina de mártires que seguirán haciendo que la bola engorde y engorde hasta que ya no quepa en garganta alguna. Pero, insisto, lo especial es la capacidad que como sociedades supuestamente democráticas y formadas hemos desarrollado para tragar acciones como si fuesen pipas de girasol viendo la peli alemana de Antena 3, incapaces ya siquiera de preguntarnos si hay efectivamente alguna clase de organización supranacional que sirva para algo que no sea para mangonear a cargo de los intereses de Estados Unidos y tres más o si cuando menos se atisba en el horizonte alguien o alguienes llamados a liderar un poco un cambio de rumbo en todo este despropósito mundial en el que muchos vamos viajando llevados por la corriente hasta a saber cuándo y dónde.