Dentro de poco habrá estadísticas que dirán: la esperanza de vida media en España es de 83,4 años, de 81,7 para los que usen teléfono móvil y de 79,2 para los que además tengan whatsapp. Ya hay estudios científicos que te dicen qué años de vida te quita el tabaco u otras drogas, así que no veo por qué no puede haberlos acerca de la salud que se nos está yendo a fuerza de mirar la mitad del día como idiotizados los mensajes que nos llegan de mil sitios o un montón de asuntos insustanciales los cuales, en general –también tiene a veces su aspecto positivo, claro– son puro entretenimiento o exceso de información. Este año se ha leído mucho acerca de las diversas asociaciones que se han ido poniendo en marcha para prohibir el uso del móvil en las aulas y para retrasar la compra de móviles a niños o adolescentes, pero creo que el asunto va más allá de estas edades, siendo cierto y urgente que se deben establecer barreras para que los jóvenes accedan lo más tarde posible a estos cacharros. Y va más allá, porque cualquiera de nosotros lo puede ver en uno mismo y en los demás y quien dice móvil dice ordenador o aparatos similares: metemos una cantidad enorme de horas en las pantallas y hemos establecido unas dinámicas que creo que a la gran mayoría nos están comiendo el poco seso que tuviéramos o que nos fuera quedando, dejando de lado completamente o casi actividades que hace unos años formaban parte de nuestro día a día. Ahora manda el móvil y lo demás pasa a un segundo plano. En verano se oye mucho a quienes hablan de su propia desconexión digital y la venden como un hito, pero a fin de cuentas es solo un desenganche temporal que viene bien pero que sirve de poco si enseguida vuelves a caer en la rutina del día a día. Yo ya no sé si es mejor para la salud ir al gimnasio o mirar menos el móvil, la verdad. Pasen un verano estupendo. Nos vemos a la vuelta. Salud.
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