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Madrilgo Gortetik

La victoria del bulo

La victoria del buloTRIBUNAL SUPREMO

El fiscal general acaba pagando con una inhabilitación siempre hiriente el precio de su ansiedad. Quiso desmentir con tanta premura un maledicente bulo que resbaló. García Ortiz encaja una sonora derrota de múltiples derivadas y, sin duda, histórica por inusual. Lo sufre al resolverse un inédito duelo judicial contra un perverso maquiavélico y un defraudador confeso, y donde su razón queda debilitadapor precipitarse fatalmente en desmentir una clamorosa patraña. 

La onda expansiva de este llamativo fallo judicial del Tribunal Supremo alcanza de lleno al Gobierno y muy en particular a su presidente. La credibilidad de Sánchez, el gran derrotado político de este litigio, queda muy erosionada por el hondo significado que entraña esta resolución. Nunca imaginó el líder socialista que la celebración del 50º aniversario de la muerte de Franco le proporcionara semejante amargura por fatídica. Ni siquiera cuando desafió a los jueces aventurando sin recato la inocencia del acusado. Tal vez porque ya imaginaba que la absolución podría ser difícil o porque entendía, como una pléyade de relevantes juristas, que se trataba de una causa basada en indicios sin pruebas. Quizá unos y otros se olvidaron de que el tribunal solo tenía la encomienda de decidir si hubo o no filtración de datos reservados. No se dilucidaba sobre la mentira.

García Ortiz propagó la verdad por un camino equivocado. Debió sosegarse antes de redactar ese maldito correo que emborronará para siempre su expediente. Picó el anzuelo de los facinerosos, que ahora festejan alborozados un triunfo que, en puridad ética, les debería avergonzar. Al igual que el arrebato del fiscal, nunca debería olvidarse que MAR, ideólogo del embuste original, mintió a sabiendas para proteger a un comisionista defraudador

Mientras la derecha partidaria y mediática celebran envalentonados el castigo al condenado y la consiguiente humillación a Sánchez, la estabilidad ve rasgarse su enésima costura. En un ambiente más irrespirable si aún es posible, queda abonada la animadversión en los ámbitos judiciales y periodísticos que tanto se jugaban en este envite.