Una sociedad que cuida es mas justa y solidaria
Cada 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una fecha que invita a detenerse, reflexionar, reconocer y apoyar la enorme labor que desempeñan quienes se dedican a los cuidados
Cada 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una fecha que invita a detenerse, reflexionar, reconocer y apoyar la enorme labor que desempeñan quienes se dedican a los cuidados. En Euskadi hablamos de los cuidados que, por razones de dependencia, discapacidad y/o enfermedad reciben las personas por parte de familiares y profesionales.
Pocas realidades son tan intergeneracionales y transgeneracionales como los cuidados. Todas las personas prestamos apoyos a otras personas en algún momento a lo largo de la vida y también los necesitamos. Los cuidados representan un compromiso entre generaciones. Un compromiso que se expresa en distintos ámbitos: en el ámbito público, de los servicios de responsabilidad pública, y en el ámbito familiar y comunitario. Y constituyen además un medio fundamental para que quién los recibe y quién los aporta puedan estar bien y vivir bien.
Nuestro modelo público y comunitario de cuidados viene recogido en el Sistema Vasco de Servicios Sociales, en el que el gasto corriente público en prestaciones económicas y servicios contenidos en la Cartera se sitúa en torno a los 1.500 millones de euros anuales en 2025, en una tendencia creciente de inversión, plazas, personas usuarias y coberturas.
Son más de 40.000 las personas profesionales que se dedican al cuidado dentro del Sistema Vasco de Servicios Sociales, donde la promoción del empleo, a través de la garantía de las normas más estrictas en materia de salud y seguridad en el trabajo, el impulso de la formación inicial y continua, las perspectivas de carrera e itinerarios profesionales, el incremento de las retribuciones salariales, la mejora de las jornadas de trabajo, entre otras, deben ser aspectos importantes a tener en cuenta para poder disfrutar de un modelo de cuidados que suponga un bienestar para quienes cuidan y por ende para quienes reciben los cuidados. Por otra parte, el cuidado prestado por familiares sigue siendo la principal fuente de cuidados para las personas en situación de dependencia en Euskadi. El perfil de la persona cuidadora es el de una mujer mayor de 45 años, autóctona, en un hogar sin privaciones y que cuida de una persona en situación de dependencia al menos moderada.
Pero diversos factores sociales, demográficos y culturales, relacionados entre sí, comprometen la capacidad real de las familias para cuidar de sus familiares en situación de dependencia. Entre ellos se encuentran la incorporación de las mujeres al mercado laboral, el aumento de la importancia de las aspiraciones y elecciones individuales y una mayor movilidad geográfica de las generaciones jóvenes y mayores, tras la jubilación, asociadas, principalmente, al mercado de trabajo y la globalización. Otros factores como el descenso de la natalidad y el aumento de los hogares unipersonales, también en la población mayor de 65 y que implica una reducción progresiva del tamaño de las viviendas, comprometen el cuidado familiar, más viable en familia extensa y en hogares adecuados para la convivencia de varias personas.
Desde el Gobierno vasco y desde el resto de las instituciones públicas vascas somos conscientes de esta situación y seguimos trabajando en el modelo de cuidados, centrándonos en fortalecer el cuidado institucional de las personas que cuidan y, en el marco de una reforma general de nuestro modelo de cuidados de larga duración, de quienes son cuidadas. Una reforma que preserve la contribución de las familias, impulse la corresponsabilidad y cooperación entre sectores (público, privado, social, comunitario) y propicie un nuevo equilibrio del cuidado institucional y familiar-comunitario (familia nuclear y extensa, vecindario…) y del cuidado proporcionado por hombres y mujeres, reforzando el de los primeros desde la corresponsabilidad.
La oferta de prestaciones económicas y servicios, de responsabilidad pública y privada, para la atención a las personas contribuye a mejorar su calidad de vida y, a un tiempo, sirve para reducir la dedicación e, indirectamente, la carga o sobrecarga que experimentan las personas cuidadoras, mejorar su bienestar emocional, sus posibilidades para gestionar mejor el cuidado y, en suma, la atención que prestan. Hemos desarrollado para ello programas específicos de apoyo como Zindoo (app de apoyo a familias cuidadoras), Zaintel (servicio telefónico de atención a familias cuidadoras), o el programa específico de apoyo a familias cuidadoras de personas usuarias del servicio público de teleasistencia betiOn.
En Euskadi seguimos trabajando en coordinación y estableciendo acuerdos para seguir la hoja de ruta consensuada en materia de cuidados, tanto profesionales como familiares. Cabe señalar, por ejemplo, la Estrategia Sociosanitaria de Apoyo a Familias Cuidadoras, en la que se recogen iniciativas para mejorar el bienestar de las personas que cuidan y, por tanto, de las personas cuidadas, así como los acuerdos de bases adoptados en la Mesa de Diálogo Social, en la Mesa de Diálogo Civil y el Acuerdo Institucional por los Cuidados firmado por Gobierno vasco, Diputaciones Forales y los Ayuntamientos de las capitales. Todo ello culminará en el Pacto Social por los Cuidados de Euskadi. Tenemos el reto y la oportunidad de convertirnos en un referente en materia de cuidados, apostando por políticas valientes y transformadoras y seguir haciendo de Euskadi una sociedad que cuida, que apuesta por la solidaridad entre generaciones y por el bienestar de todos y todas consolidando una comunidad inclusiva. Es sin duda el mejor homenaje que podemos rendir en este día.