El que suscribe sí cree que lo de Palestina es un genocidio. Lo creo firmemente aunque no haya aún pronunciamiento en ese sentido de la Justicia europea, no digamos ya la española. Pero, en aras de la seguridad jurídica, esa ausencia hace raro que, sin jurisprudencia previa, haya cierta alegría a la hora de acusar de cómplice en el genocidio a una empresa que vende acero a Israel. Yo no sé -el proceso lo determinará- si Sidenor contrabandeó o no acero hacia una empresa militar hebrea. Recuerdo que el propio gobierno Sánchez no aprobó el embargo de armas a Israel hasta el 23 de septiembre pasado. Con todo, espero aclaraciones y, si es el caso, responsabilidades de la empresa vasca y sus directivos. Pero, entretanto, a la turba de forofos de la Ley Lynch no me voy a sumar. A reivindicar el derecho del pueblo palestino a su país libre, viable e independiente, sí. Y a la sanción al régimen genocida israelí, también.
Pero a veces pasa que la convicción inquebrantable, sin pensamiento crítico reflexivo, decanta en fanatismo y acaba uno convencido de que combatir las ideas fascistas justifica aplicar sus métodos de agitación e intimidación. Un eslogan rula con fortuna y juega a reflejar en otros las penurias propias: el blanqueamiento. Se lo aplican a la Ertzaintza, como si lo necesitara, los mismos que rechazan que la violencia pasada fuera injustificada, cruel e injusta. En una sociedad que apenas lee titulares y prescinde de las vocales al comunicarse, el marketing político tiene que ser más responsable con lo que dice.
Charlas canceladas y acosadas
Ertzainas en la EHU. Casi lo clava la EHU al explicar la cancelación de una charla sobre criminología de dos ertzainas en el campus de Ibaeta. Dio donde debía al denunciar que “es inaceptable vulnerar u obstaculizar la enseñanza y el derecho a la educación”. Pero no al justificar que la cancelación la decidieron los agentes. Ese dedo no tapa la luna del boicot que se gestaba y que sigue en cuarto creciente para esos colectivos juveniles habitualmente dispuestos a hacer de su capa un sayo con el ámbito público. ¿Era mejor una imagen de ertzainas insultados y acosados? De puro exquisitos, parece que nacimos ayer.
Tampoco querían blanquear a Sánchez los consejeros de Sanidad de las autonomías del PP que no fueron al Consejo Interterritorial de Salud donde se iba a hablar sobre prevención del cáncer. De paso se evitaron llevar datos de sus cuestionados -o desaparecidos- cribados. ¿Suspicacia? Igual, pero algunos sabemos hace tiempo que, aunque esta noche, a las 03.00 vuelvan a ser las 02.00, no dormiremos una hora más; nos levantaremos mañana una antes.