¡Aralar, porque es más que pastos y pistas!
Hay que señalar un tema que genera indignación y tristeza no solo a los vecinos de la zona, sino también a los y las que amamos Aralar: las pistas de montaña
Recientemente hemos conocido que la Diputación Foral de Gipuzkoa y la Mancomunidad de Enirio-Aralar han firmado un acuerdo para la gestión de Aralar. La primera es la responsable del Parque Natural y Zona de Especial Conservación de Aralar, representando a todos los guipuzcoanos. La Mancomunidad tiene la responsabilidad de regular los usos humanos en el ámbito de su propiedad, representando a quince municipios.
El acuerdo, que han firmado PNV y EH Bildu, se basa en el Plan General realizado por la Fundación HAZI de cara a diez años. Según este plan, el objetivo sería compatibilizar el valioso patrimonio natural y cultural de Aralar con las actividades humanas, especialmente con la ganadería. Pero no ofrece garantías para ello, y no sólo porque se propone seguir regulando el pastoreo sin base científica, es decir, sin medir la presión del ganado sobre los pastos. Sino también porque, al igual que en el resto de los parques naturales de Gipuzkoa, no se tienen en cuenta los objetivos establecidos para las Zonas de Especial Conservación. Así, el Departamento de Equilibrio Territorial Verde de esta legislatura sigue haciendo oídos sordos a la petición de Naturkon; Gipuzkoa sigue sin una planificación o, siquiera, una estrategia para la protección y conservación de la biodiversidad.
En esta situación, los dos partidos políticos han acordado medidas para que la explotación se intensifique de forma progresiva. Siendo uno de los objetivos de la Zona de Especial Conservación (ZEC) la conservación de los pastos, este acuerdo permite incrementar el número de animales, reducir los matorrales mediante su quema, desbrozar el matorral o usar productos fitosanitarios (en situaciones excepcionales), cuando sabemos que estas medidas, además de perjudicar la calidad ecológica de los prados, pueden contaminar los cauces hídricos y la tierra. Aún más, teniendo en cuenta la evolución del número de ovejas y ganado mayor que sube a Enirio-Aralar: en los últimos 20 años ha supuesto un descenso del 13% en el número de ovejas y un aumento del 30% y 44% en el de vacuno y caballar, respectivamente. Las ovejas y el ganado mayor no pastan de la misma manera, ni beben la misma cantidad de agua por cabeza y las pisadas de unos y otras no generan el mismo nivel de erosión. El plan de la Fundación HAZI no tiene en cuenta estas circunstancias, se quiere regular la gestión de los prados sin una medición del impacto ambiental del ganado y sin una previsión concreta, dando la espalda a la ciencia.
En cuanto a los bosques, otros tanto. Aunque es obligatorio en el marco de la ZEC, no se propone un plan técnico más allá de la revisión de la gestión realizada. Se recogen medidas positivas a favor de la conservación de la naturaleza (más en beneficio del ganado, como la creación de refugios climáticos, etc.), pero no se planifica la recuperación de los bosques en la medida en que la conservación de la biodiversidad de Aralar lo requiere.
Por último, hay que señalar un tema que genera indignación y tristeza no solo a los vecinos de la zona, sino también a los y las que amamos Aralar: las pistas de montaña. PNV y EH Bildu han acordado abrir o adecuar uevas pistas. Si bien han sido justificadas para vehículos 4x4 autorizados y con un remolque pequeño para llevar ganado y materiales, las pistas se prevén construir y/o adaptar en zonas de alta sensibilidad ambiental, con fuertes pendientes, provocando una gran erosión. Teniendo en cuenta, además, que, con la reordenación de las chabolas y la priorización de las existentes junto a las pistas, no se requeriría más pistas.
Aunque el plan no es exhaustivo, se recoge la necesidad de nuevas pistas para llegar a zonas donde no existen chabolas y donde pasta el ganado mayor. Esta tipología de ganaderos es la que nunca se ha querido caracterizar. ¿Cuántos son profesionales entre los que quieren subir y bajar con los vehículos? ¿Qué aportación hacen al sector? Estas infraestructuras se justifican en nombre de la dignidad de los pastores, pero, realmente, ¿qué intereses se quieren priorizar? El plan de la Fundación HAZI no recoge ninguna información al respecto. La concesión de ayudas para el fomento del pastoreo y la ganadería, además de adecuada, es necesaria, pero sin menoscabo del patrimonio natural de Aralar.
Aunque PNV y EH Bildu han acordado aprobar el Plan General, todavía no ha sido aprobado por la Junta de la Mancomunidad y ni siquiera se ha debatido en los municipios o en las corporaciones municipales. Este Plan General no puede ser aprobado en sí mismo, ya que no cumple con los objetivos de la regulación de espacios del Parque Natural de Aralar, de la Ley de Conservación del Patrimonio Natural del País Vasco y de la reciente Ley de Restauración de la Naturaleza aprobada por Europa: recuperar espacios naturales de alta calidad ecológica, a salvo de su explotación, prioritariamente en zonas tan antropizadas como la nuestra. Y es que todos los espacios protegidos de Gipuzkoa se encuentran muy alejados del equilibrio entre biodiversidad y explotación.
Aralar es más que pastos, pistas y ganado: matorrales, roquedos, arroyos, cuevas, bosques y todos los seres vivos que habitan allí son Aralar. Tal y como se recoge en el plan de HAZI, del uso que se le ha dado históricamente a ese espacio es fruto la naturaleza humanizada que hoy conocemos. Ciertamente, es porque fue naturaleza, pero, si queremos que siga siendo naturaleza, es hora de impulsar planes de recuperación de la biodiversidad, poniendo en valor las necesidad actuales de nuestra sociedad: entornos naturales ecológicamente complejos y saludables.