Hemos visto tantas cosas en esta vida que es difícil que un acontecimiento o un hábito nos genere sorpresa. Sin embargo sí he de confesar que no esperaba la dinámica que han tomado determinados medios de comunicación a la hora de hacer seguimiento al proceso electoral interno que se viene desarrollando en el Partido Nacionalista Vasco. Parece como si retransmitieran un carrusel deportivo con “minuto y resultado” de las asambleas celebradas por los jeltzales. Día sí y día también, están dedicando centímetros de periódico –otros minutos de noticiario– a estirar datos en búsqueda de no se sabe bien qué titular. Y en esa dinámica publicitan un procedimiento participativo democrático como si fuera una pugna abierta entre “unos y otros” y se elevan a categoría datos irrelevantes extrayéndose conclusiones que , en muchas ocasiones, poco tienen que ver con lo que , de verdad está pasando en los batzokis.

Tanta “voracidad periodística” por “destapar” qué está pasando en las asambleas genera, como no podía ser de otra manera, la tentación maniquea de simplificarlo todo. “Críticos”, “oficialistas”, “contestatarios”, “seguidores del aparato”. “Relevos”, “incertidumbre”, “cambios”, “apoyos”. Todo es susceptible de un relato que, dependiendo de la empresa editora del medio, busca una interpretación interesada. Lo novedoso del caso es la intensidad de lo publicado que están teniendo. Un volumen de texto que sin exagerar, tiene casi tanto protagonismo como las elecciones americanas.

Que los medios de comunicación hayan despertado tanto interés –ETB llegó a abrir algún teleberri desde las inmediaciones de un batzoki donde se desarrollaba una asamblea– evidencia algo más que un simple interés informativo. Y ese “algo más” quizá obedezca a una evidente vocación de influencia.

Dicho esto, cabe señalarse que el proceso interno, afortunadamente, camina con la confianza y los parámetros reglamentarios de siempre. Con opiniones distintas, propuestas diferentes y respetuosas votaciones que conformarán las alternativas que, pasado el filtro de la Comisión de Garantías y Control, darán lugar a una segunda vuelta ya decisoria en la búsqueda de nuevos equipos humanos. Así de sencillo. Sin embargo, mucho me temo que quienes han iniciado esta “carrera” de comunicación no se van a detener. Buscan lo que buscan y no dudarán en estirar “el chicle” hasta donde les convenga. Lo peor de todo no es esa ambición por condicionar el procedimiento. Lo peor es que, desde dentro de la organización haya individuos que den mayor verosimilitud a lo que leen en un periódico que a la información que les llega directamente de primera mano del propio partido. Eso, tan absurdo como tendencioso, ha ocurrido siempre y tiene una difícil solución.

Sea como fuere, la renovación de las ejecutivas territoriales y demás órganos internos del PNV se complementará como la afiliación decida. Y aunque el “minuto y resultado” de avezados cronistas continúe, el resultado final de esta movilización interna, por mucho que se empeñen algunos en demostrar lo contrario, no sufrirá fisuras.