Desde que a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso se le ocurriera la gracieta para tapar un insulto inaceptable, al Partido Popular le gusta la fruta. A la primera oportunidad que tienen sus dirigentes, hacen chistes sobre ello, se obsequian con cestas de fruta y hasta el vídeo navideño del presidente de Galicia, Alfonso Rueda, tiene un guiño muy explícito al insidioso artefacto. ¿Qué fruta le gusta más al PP? Yo no tengo duda alguna: el pero. Alguien dirá que eso no es una fruta, que en todo caso la fruta es la pera. No. El pero es una variedad de manzana originaria de Galicia, de aspecto más largo que grueso. Aquí hay que hacer dos apuntes. Uno, la fuerte obsesión gallega de los populares, desde su fundador Manuel Fraga a sus últimos sucesores Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo, pasando por las frutas. Otro, que la proverbial tendencia del PP a mezclar y confundir peras y manzanas parece tener una respuesta digamos botánica. Nutritiva, en todo caso. Así que sí, el pero –y aquí soy yo el que mezcla a propósito frutas con conjunciones adversativas– les encanta a los populares. Lo utilizan para todo. Tanto, que en mi opinión la RAE se equivocó cuando eligió polarización –esa vulgaridad– como palabra del año 2023. Debió ser pero. Al contrario que la fruta, al PP “no le gustan” las agresiones ‘pero’ responsabiliza de ellas a los agredidos. No las justifica ‘pero’ dice que ellos también las sufren y que cuando les agreden a ellos los demás no las condenan. En el PP son partidarios de los acuerdos ‘pero’ solo como ellos los entienden. Quieren reformar el Poder Judicial ‘pero’ con sus condiciones. No quieren mediadores ‘pero’ a veces les vienen bien. No negocian con los independentistas ‘pero’ abren cauces de diálogo con ellos. Son muy constitucionalistas ‘pero’ a menudo ignoran la Constitución y proponen disolver partidos y organizaciones saltándose la Ley de Partidos, entre otras cosas. No son la extrema derecha ‘pero’ asumen y adoptan sus políticas y sus formas. Dicen del pero fruta que tiene un vigor vigoroso (vigorosa redundancia), tamaño grande y porte erguido y que brota a partir del 13 de abril y florece a partir del 16 de mayo. Qué primavera nos espera.