El pasado sábado, 21 de octubre, Gernika fue escenario de la presentación de la nueva dinámica de Sare: Konponbiderako Giltzak.

Una presentación donde la sociedad civil, representada por personas del ámbito cultural, universitario, deportivo..., todas ellas referentes de la pluralidad de la sociedad vasca, pusieron voz a la reivindicación de una política penitenciaria diferente. Una política penitenciaria en la que, como expresaron los magistrados Martín Pallín o Garbiñe Biurrun; los exlehendakaris Garaikoetxea e Ibarretxe.., o víctimas de las diferentes violencias, como Rosa Lluch, Rosa Rodero o Unai Romano, requiere, sobre todo, de humanidad. Requiere ajustar el cumplimiento de las penas a modalidades diferentes a las actuales. Modalidades recogidas en la legislación penitenciaria donde la libertad condicional o semilibertad no supone el cumplimiento íntegro de la pena, sino el cumplimiento a través de modalidades diferentes, a partir de la aplicación del tercer grado penitenciario.

Hace unos días, desde Sare, transmitíamos nuestra valoración tras dos años del traspaso de la competencia penitenciaria a la Administración vasca. Lo hacíamos desde la esperanza de que, a pesar de los continuos recursos que la Audiencia Nacional y el Ministerio Fiscal presenta a las decisiones de las JJTT de los CCPP y del propio Gobierno Vasco, podamos ir avanzando hacia una solución justa al problema de las cárceles, sin olvidar, también, la necesidad de un tratamiento justo a todas las víctimas de todas las violencias generadas en EH. La solución a ambos problemas nos ayudará a avanzar hacia una sociedad como la vasca, tan necesitada de acuerdos entre diferentes y de compromiso contra toda vulneración de derechos. De Derechos Humanos.

Recordamos en Gernika que, a pesar de todos estos inconvenientes, sobre todo judiciales, la política penitenciaria ha tenido una evolución positiva en estos tres últimos años. Se ha puesto fin a la política de alejamiento y hemos entrado en una nueva etapa en la que se va dejando atrás el mantenimiento en primer grado penitenciario de los presos y presas vascos, y su totalidad se encuentra en segundo grado, aunque con las injustificadas decisiones de la Audiencia Nacional, que imposibilita que con normalidad se progrese de este segundo a tercer grado penitenciario.

Es ahora cuando iniciamos esta nueva etapa. Complicada, difícil, pero lo hacemos desde el convencimiento de que su logro será clave para asentar nuestra convivencia.

No tiene justificación alguna que la excepcionalidad jurídica se mantenga, por lo que reiteramos un compromiso firme de los agentes políticos, sindicales y sociales, para poner fin a esta situación.

Cuando el 75% de las progresiones de grado que han propuesto las JJTT y han sido ratificadas por la Administración Penitenciaria vasca han sido recurridas por el Ministerio Fiscal, no estamos sólo ante un problema que afecta directamente a los presos y presas vascos, sino también a la propia Administración vasca, que ve recurridas, de manera constante, las decisiones de los profesionales penitenciarios, que son los que mejor conocen la evolución de estas personas presas.

Estas personas en prisión se ven sometidas a un proceso estresante en la evolución de su situación penitenciaria. Las decisiones judiciales dictadas por el juzgado competente de la AN se resuelven con frecuencia lejos de criterios jurídicos aplicables al ámbito penitenciario, lo que está teniendo un efecto destructivo en la moral de las personas internas afectadas.

Se continúa actuando como una jurisdicción especial, creada en un momento y contexto superados por la realidad. A pesar de ello, a más de 400 km de distancia y sin consideración jurídica alguna, la AN se niega a asumir la nueva realidad y retuerce el Derecho para aplicar una versión que desconoce el principio de reinserción.

Lo hemos dicho muchas veces, pero lo reiteramos hoy; no estamos pidiendo privilegios para nadie. No. Pedimos legalidad. La misma legalidad que se aplica a cualquier otro preso o presa de los miles existentes.

La abolición del Derecho Penal del enemigo, que es el no derecho y la vuelta a un derecho penal y penitenciario del ciudadano/a, es simplemente asumir la indivisibilidad y universalidad de todos los derechos humanos. Hay que regresar a una convivencia democrática sin dobles varas de medir ni discriminaciones injustificables.

Estamos hablando de presos y presas que llevan cumplidos muchos años de sus condenas. Algunos, más de 30 años. De presos y presas que hace tiempo cumplieron más de las ¾ partes de sus condenas y ninguna ley dice que no se les pueda aplicar otras formas de cumplimiento fuera de los muros de la prisión.

Por todo ello Konponbiderako giltzak. Tenemos que tener la llave. Las llaves de la solución. Debe ser la propia sociedad vasca, a través de sus instituciones políticas y judiciales, quienes tienen que ser partícipes principales del diseño de cómo estos presos/as van regresando a sus casas. Se trata de poner fin a las excepcionalidades y, con la aplicación de una política penitenciaria ordinaria, ir abriendo ese camino de regreso a sus casas tras décadas de privación de libertad.

Lo comentábamos al inicio de este artículo. Esta reivindicación es compatible con el necesario respeto a todas las víctimas de las violencias sufridas.

A todas ellas queremos decirles que vemos su dolor, lo sentimos y queremos compartirlo con ellas. Queremos afirmar nuestra defensa de los derechos humanos y les pedimos que intenten entender nuestra defensa de todos los derechos. Su conculcación significa dar continuidad a las situaciones de vulneraciones vividas mediante una secuela interminable, sin reparar en las penas ya sufridas y cumplidas. Las personas presas en una democracia tienen un camino de cumplimiento de las penas con derechos que, si se desconocen, se niega la propia democracia. Reconocer y promover sus derechos no va contra las víctimas. Esa contraposición de personas presas y personas víctimas es una falacia que ha conseguido arraigar una visión extrema de la política que ya no cabe en tiempos de convivencia normalizada. Entendemos el dolor de las víctimas. ¡Cómo no vamos a entenderlo! Con nuestra acción no queremos aumentarlo. Nuestro único fin es la defensa de los derechos fundamentales de los presos/as vascos, sin ninguna otra finalidad ni planteamiento político.

Konponbiderako giltzak. Esta será la reivindicación que miles y miles de ciudadanos vascos volverán a reclamar en las calles de Bilbo el 13 de enero. l

Portavoces de la Red Ciudadana Sare Herritarra