He leído el artículo de Iñigo Gabarain Dios y la creación de nuestro universo. No seré yo quien le haga una crítica en el terreno de la Ciencia, y no dudo que su motivación haya sido la de instruir. Pero a mí me pilla “buscando”, tratando de alimentar con argumentos suficientes la esperanza en otra vida, una esperanza que considero como un derecho. Leo a unos y a otros y pienso que también hay evidencias que me permiten creer en ello. Y no me conformo con la argumentación del Sr. Gabarain.

No conozco nada que surja de la nada. Eso es, también, una evidencia para mí. ¿Tan infalible es la Ciencia, a la que respeto mucho y me congratulo con sus avances, que dejará de ser correctora de sus propios descubrimientos en ocasiones? Demócrito descubrió el átomo y dijo que era indivisible pero, con el tiempo, la Ciencia lo corrigió, ¿no es así? ¿Era Demócrito hombre de ciencia? De Ciencia con mayúsculas no sé, pero sí que lo es para mí. Y dentro de cien, quinientos, mil años, qué más da, que, cada vez con más medios, otros científicos puedan corregir a los Demócritos de hoy no me parece imposible. Salvo que esté bien atado todo lo descubierto y yo, en mi ignorancia, eso no me creo.

Me guío por la lógica simple. No hace mucho, por alguna razón que ahora no recuerdo, a mí, que voy por libre, me dio por pensar en La Verdad Absoluta. Tratar de entenderla. Y visto lo ocurrido con el átomo, huyendo de la Ciencia como base para mi particular teoría, llegué a la conclusión de que la Verdad Absoluta no es otra cosa que “lo que no puede ser otra cosa”. Solo que, aun siendo de este mundo (de dónde va a ser si no), no lo podemos usar más que como referencia. Así llegamos al “todo es discutible”, que tanto se dice, pues solo podemos manejarnos con la Verdad Relativa. Y será más verdad la que más se acerque a la Verdad Absoluta y menos la que más se aleje. ¿A dónde nos lleva esto? Porque la Muerte sí puede ser otra cosa que es Vida. Pues, para mí, tampoco es una verdad absoluta y sí que creo que la Ciencia de los humanos podrá demostrarlo algún día. (Ya se dice que los humanos llegaremos a vivir 500 años, incluso que podremos vivir eternamente...)

Seremos polvo estelar pero polvo estelar que hace maravillas. De ese polvo estelar está hecho Miguel Ángel Buonarroti, y la armonía de su Piedad, que saca de una piedra, parece sobrenatural. Así Las meninas de Velázquez y la maravillosa música que tantas mentes brillantes ha dado, y las Artes en general. Y la Ciencia y sus descubrimientos. Un polvo muy ilustrado, sí. (Y el tigre sigue siendo tigre, como decía Ortega y Gasset.)

Pero usted mismo lo dice cuando cita el multiverso eterno como una posibilidad real, con maquinaciones de elementos que yo no entiendo. Pero para mí es tan real como un Dios eterno pues lo Eterno es precisamente Dios y fue Él quien lo creó todo, aunque no sepamos cómo lo hizo, pues es Otra Cosa. Él es La Verdad Absoluta, (ya lo dijo San Agustín.)

Que la Ciencia de los humanos evoluciona es evidente, pero también la humanidad en general, aunque no evolucionamos igual los que no creen y los que queremos creer. La idea que vamos teniendo de Dios va cambiando, contextualizando cada tiempo que ha sido y su razón de ser. Lo que no cambia es la idea de un Dios para todos, que algunos llamamos El Creador. Hemos evolucionado distinto, usted con la Ciencia que enamora a la juventud, yo con el deseo de esperanza que ocupa a la vejez. Esa sería una muerte dulce. l