Con esto de las elecciones del domingo, nos damos cuenta de que las vacaciones a la antigua usanza, con traslados de meses enteros a otra localidad, siguen boga. Y se nota que los lugares en los que se concentran los veraneantes están tan llenos o más que las ciudades de las que escapan. Nos quejamos de la masificación turística pero vamos en manada a otros lugares igualmente llenos de personas. Incluso entre quienes se supone que disfrutan de la naturaleza. No hay más que ver ciertas imágenes del Everest, repleto cual Hernio en las romerías de septiembre. Pero no todo el mundo disfruta de largas vacaciones. Algunos ni de cortas. Bien sea por motivos económicos o por otras circunstancias, hay mucha gente que no se permite un veraneo a la antigua y se conforma con escapadas, o con nada. Pasear por Donostia en verano, viendo a turistas y visitantes con cara de vacación, puede ser un bonito entretenimiento para el que tenga un día suelto sin nada que hacer. Pero hay alternativas. Elija un pueblo o barrio alejado del suyo y diríjase a él caminando o en bus. Si reside en zonas céntricas, vaya a la periferia y si no, también. Dé un paso por el lugar y siéntese en una terraza a tomar algo, con la placidez de las zonas vacías en verano. Seguro que aprende algo y se sentirá turista por un día.