Si hay un término –y lo hay– que defina el actual momento sociopolítico en España, ese es esperpento. Quizá el Congreso de los Diputados e incluso La Moncloa –sea quien sea su inquilino– tengan, además de ese tan sugerente Salón de los pasos perdidos de la Cámara, un Callejón del Gato con espejos deformantes que devuelven la imagen grotesca de quien se pone delante. Ramón María del Valle-Inclán, maestro del esperpento (literario), hacía decir al protagonista de su obra cumbre del género (literario) Luces de bohemia, Max Estrella: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede ofrecerse con una estética sistemáticamente deformada”. Un siglo después, la obra tendría que titularse Sombras de bohemia, en honor al elocuente nombre del burdel (este, no literario) en el que parece operaba Tito Berni. No es solo este caso, con su mediador, su general de la Guardia Civil, sus mordidas, sus diputados y su cutrez insuperable. Es eso y la Kitchen, su caja b y su Estado b, su ministro y hasta su presidente de la Audiencia Nacional. Y las corruptelas de Ibiza. Y el juicio a Laura Borràs; más cutrez. Y las idas y venidas de los ERE y Griñán. Y el caso Negreira-FC Barcelona, que aquí no se salva ni el dios fútbol. Y los trenes que no cabían –figuradamente– en los túneles y que obligan a dimitir al presidente de Renfe. Y la marcha de Ferrovial con la consecuente arremetida del Gobierno, al pelo para desviar la atención. Y la ley del solo sí es sí, con su bronca y su 8-M condicionado. Y la ley trans, y la ley animal. Y para rematar todo, una moción de censura esperpéntica (tampoco en sentido literario). Todo está en los periódicos de estos días. No me gusta la expresión “minutos de la basura” en el deporte, y menos en la política, pero estamos sumidos en el tiempo del estiércol y la cloaca, con la legislatura en el Estado agonizando lenta y puede que indignamente, ante los espejos cóncavos. Sombras de bohemia que harán reír a algunos pero son muy desmovilizadoras.