Como saben, la épica es un género narrativo que se ha dado a veces en la historia, en el que se presentan hechos legendarios o ficticios que relatan hazañas de uno o más héroes irreales, y las luchas imaginadas en las que estos han participado.

Los sumerios, con su Epopeya de Gilgamesh, los griegos con La Ilíada y La Odisea, los romanos con La Eneida, y otros, compusieron épicas en torno a las hazañas de un héroe arquetípico, que representaba valores que se querían tildar de tradicionales y colectivos.

Y sin ir tan atrás, el cómic nos ha traído toda suerte de epopeyas más modernas, con Tintín, Superman, Batman y demás personajes –igual de irreales– con tal éxito que pasaron al cine. Entre cómics y películas, creo que muy poquitas personas quedarán en este mundo que no conozcan, aunque sea de forma fragmentaria, al menos a alguno de estos personajes épicos.

Pero la épica, hoy en día, está pasando por un periodo harto curioso. Con la publicidad.

¿Se han fijado ustedes cómo, de un tiempo a esta parte, todo, absolutamente todo, se está volviendo épico? La publicidad nos dice que multitud de productos que se nos quiere vender son épicos. Que si el último teléfono móvil de tal marca es épico. Que tal línea de seguros es épica. Fíjense en los anuncios televisivos y vean cómo las palabras “épico” o “épica” ahora sirven para vendernos lo que sea. Por no hablar de crónicas deportivas. Estoy por apostar que en las venideras elecciones nos saldrá sin duda algún candidato épico. Y ha llegado ya al lenguaje coloquial. Ah, y recuerden esto: ¡que la épica va de hechos legendarios o ficticios! ¿A que resulta paradójico vendernos algo ficticio? ¿O acaso nos están diciendo la verdad?

Llevados por tal oleada de epopeyas gloriosas y legendarias, parece ser que la banda musical catalana Love of Lesbian tuvo mucho éxito con su último disco titulándolo Viaje épico hacia la nada. Creo que atinaron con el título. Con tanta épica, vamos directos hacia la nada.

@Krakenberger