Dirigiéndome ahora al público que no sabe euskera, quiero aclarar y dejar claro lo que significa, en este momento, usar el término “incertidumbre”, que se viene empleando en los medios de comunicación que se han interesado sobre la interpretación del texto escrito hace -2100 años (en tiempo de los primeros romanos) sobre la recién descubierta Mano de Irulegi, en el valle de Aranguren (Nafarroa).

En efecto, este descubrimiento hecho en junio pasado (2022) en las ruinas de un pueblo destruido durante las Guerras Sertorianas de Roma, es el texto euskera/ibérico más antiguo e importante encontrado hasta el presente.

Se trata de una imagen de mano de bronce, extraída por el grupo arqueológico de Aranzadi y presentado al público recientemente, tras ser lavado y examinado durante cuatro meses largos.

El ya internacionalmente famoso texto está escrito sobre la Mano de Irulegi en signatario ibérico adaptado a la fonética vasca, perteneciente obviamente a la lengua vascona que se hablaba en el lugar del citado valle de Aranguren. Respecto a la terminología empleada por los lingüistas (Velaza dela Universidad de Barcelona y Gorrochategi de la del País Vasco, especialistas en latín y en indoeuropeo, respectivamente), juzgo más adecuado el término de “lengua vascón” (de los vascones navarros) que el término de “lengua vascónica”, que es más confuso.

El hecho es que dicho texto está siendo examinado por mucha gente, incluido yo mismo. Por eso, de mi interpretación, hecha desde mi conocimiento del ibérico y del euskera, saco las siguientes conclusiones:

1 - Efectivamente, es texto “vasco-ibérico”, escrito en vasco e ibérico. Este hecho confirma la hipótesis del “vasco-iberismo”, cuyo precursor fue el jesuita aita Larramendi, desterrado a Roma durante la “Desamortización”, y a continuación también el durangués P. Astarloa, el alemán Humbölt, e incluso Sabino Arana, fundador del PNV, partidario del “vasco-iberismo”

2 -El asunto es que la lengua ibérica y el üskara fueron la misma e idéntica lengua durante más de 10.000 años, hasta que estas tribus nómadas se asentaron y su lengua fue dialectalizándose a lo largo del Neolítico; con el surgimiento de la agricultura pasaron de ser nómadas a sedentarizarse cada uno en lugares diferentes (unos, nuestros abuelos lejanos, en la amplia Aquitania (que es donde surgió el ibérico hace -18.000 años como lenguaje bisilábico “moderno”; los demás “leinu” descendieron al Levante y aledaños, y finalmente se extendieron a toda la península ibérica, Mauritania, Islas Canarias…

Este lenguaje fue edificado sobre el monosilábico anterior del euskera antiguo (-150.000 y -120.000); y hay que mencionar también que ese mencionado vasco-ibérico (erigido en -18.000) llegó a ser la “lingua franca” que entendía todo europeo (en -10.000), como ahora mismo lo es el inglés en casi todo el mundo.

3 - Efectivamente, el euskera y el ibérico (este último desaparecido como lengua escrita en -2.000~, al ser sustituido por el latín escrito) aparecen ambos en el texto de la Mano de Irulegi, puesto que el ibérico escrito no había desaparecido todavía. El ibérico oral no ha desaparecido de hecho, puesto que sobrevive en la lengua castellana, catalâ, gascona, etc., mal llamadas “lenguas romances”, puesto que no proceden del latín (Carme G. Huertas: No venims dins latina)

4 - Por eso, en nuestro texto aparecen términos ibéricos como TER (paraje), TA (valle), TIR (de calidad), EKUZU (ikus ezazu; contempla)…

De ahí que para interpretarlo hace falta saber bien ambas lenguas, a saber, euskera e ibérico: saber bien ambas lenguas quiere decir eso: pregúntese cada cual (cada lingüista, quiero decir) si es que sabe bien, medianamente o mal, ambas lenguas.

Es la condición sine qua non. Y mientras tanto no mencione la palabra “incertidumbre”. Más bien diga, sinceramente: “no puedo interpretarlo”. Se pide al menos un poco de sinceridad, pues ninguno de los mortales sabemos todo-todo sobre todo, y no pasa nada por ello.

5 - Remedio: seguir esforzándose en el conocimiento (gnosce, noski) pleno del euskera e ibérico. Y ser lo suficientemente humilde que hace falta para ser auténticamente científico, antes de pronunciar la palabra “incertidumbre”, pues eso hará hacer pensar a la gente que “es otra patraña”. No empujemos a la gente a pensar eso, porque en realidad no es patraña ni lo de Iruña-Veleia, ni esto, ni lo otro. “No hablemos en balde, que es pecado”

6 - Por último, nuestro pueblo merece tener lo que tiene: potencia cultural. Ahí están el mosaico de Andelos (-2.500~), cerca de Mendigorria, escrito por un vasco en lengua ibérica pura; ahí están los textos breves de Cecas que emitían dinero en cada lugar, de personajes, deidades, iconos (como el “cerdito herido de flecha” de marras, que apareció también en el yacimiento de Iruña-Veleia, y anotado entonces por los incultos como otro argumento de falsedad); en fin, ahí están los nombres de las estelas de Aquitania (Anderesso, Asto Iluno, etc., que significan la antropología sobre la creencia de la celebración de difuntos en luna menguante; ahí está el yacimiento de Koskobilo en la Burunda, que puede ser la Atapuerca de Nafarroa; y otras cosas que seguirán apareciendo pètit-a-pètit…

7-No obstaculicéis, pues, el tesoro cultural que poseemos, con términos como “incertidumbre” donde no hay ninguna incertidumbre: eso es hablar en vano, que es pecado; nuestro pueblo merece el tesoro cultural que de verdad posee; máxime cuando no posee ni patrimonio académico, ni patrimonio político, en manos de partidos políticos colonialistas o ajenos de diestra y siniestra.