lgo empieza a hacer crac: hay jóvenes que no están dispuestos a tragar con cualquier cosa (y "cualquier cosa" es cualquier cosa) por meter la cabeza en el mundo laboral y ganarse su pan. En EEUU, donde los trabajadores cambian de empleo con más facilidad que en Europa, el crac es muy sonado. Incluso en jóvenes que con puestos bien pagados han dicho "hasta aquí hemos llegado". Lo llaman La Gran Dimisión. La pandemia ha dado tiempo para pensar (y sentir) y ha devuelto a primera plana esa tensión vital que hemos visto en generaciones anteriores y en protagonistas de series de TV: vivir para trabajar o trabajar para vivir. En Euskadi no hay Gran Dimisión, pero la juventud se empieza a replantear las prioridades. Algunos sectores con mano de obra más bien estacional y barata ya lo sufren. "Tú verás, pero fuera hace mucho frío". Quizá no haga tanto o hay cada vez más gente joven que está dispuesta a pasarlo un tiempo si la alternativa es un calor tóxico. La edad social dominante corre el riesgo de gobernar sin escuchar la experiencia de los mayores y sin entender qué pasa entre los jóvenes, pese a vivir con ellos. Y conviene ir con cuidado, porque esa Gran Dimisión de los EEUU mañana se puede dar respecto a algunos trabajos y pasado, respecto a las obligaciones de la vida social. l