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Mesa de Redacción

Eduardo Iribarren

Director de Noticias de Gipuzkoa desde 2018

Versalles

nte acontecimientos dramáticos como la guerra de Ucrania existe la tentación de hurgar en el pasado en busca de ejemplos que ayuden a comprender el presente y adivinar el futuro en base a lo que ocurrió entonces. La celebración esta semana en Versalles de la cumbre de la UE en un contexto bélico como el que ha desencadenado Vladímir Putin trae a la memoria la famosa conferencia del periodo de entreguerras, cuando las potencias vencedoras impusieron al derrotado, Alemania, una rendición humillante, favoreciendo el ascenso del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. El viernes, del famoso palacio salieron los representantes de los Veintisiete con la determinación de reforzar la soberanía y la seguridad comunitarias, es decir, con el doble compromiso de aumentar el gasto en defensa de manera drástica y de avanzar hacia la independencia energética. Son acuerdos importantes y seguramente necesarios, pero la determinación y rapidez con la que se han movido los dirigentes comunitarios no se aprecia a la hora de abordar el impacto que las consecuencias de la guerra empieza a tener en el bolsillo de los ciudadanos y de las empresas, noqueados al ver traducido a euros el coste del sacrificio que nos espera. Pedir a los ciudadanos que consuman menos calefacción como arma de guerra contra Rusia adquiere sentido con una intervención política a la altura de las escandalosas ganancias de la especulación energética.