¿Quién tiene qué?

El error de Pablo Echenique en su tuit es básico: "Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles. Ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol. La violenta mutilación del ojo de una manifestante debe ser investigada y se deben depurar responsabilidades con contundencia". ¿Quién tiene todo su apoyo, los que se manifiestan pacíficamente o los lo hacen violentamente? ¿Y quién va a depurar responsabilidades con contundencia, la justicia o el gobierno del que su partido forma parte? El error es generalizar en vez de concretar y es de parvulario político.

En Vox lo tienen más claro

En el lado contrario de la barricada se ha puesto Vox, como siempre, mucho más entrenado en esto del populismo barato: Macarena Olona tuiteaba que rezaría por la policía y por que los agentes volvieran a sus casas "sin un sólo rasguño". E ilustraba su oración con la imagen de un antidisturbios y el mensaje: "A todo el que te pida, dale. Lucas, 6; 30". Por supuesto, dos banderas de España ayudaban a enmarcar el despropósito. Este antagonismo basado en la banalización de la violencia, generalizaciones por torpeza y concreciones irresponsables es el selfie nítido de la política española. Una puta vergüenza.

Los de los adoquines

Pablo Hasél no merece la atención que le prestan unos y otros. Ni siquiera se merecía la atención de los jueces. Pero ya que estos nos metieron a todos en el embrollo (porque la libertad de expresión es algo que atañe a cada ciudadano), que precisamente Pablo Hasél se haya convertido en un icono de la libertad de expresión me parece hasta poético: esta batalla la libramos por el gallo wannabe del instituto porque hasta por él hay que hacerlo. Pero ni la lírica ni la épica justifican algunos actos vandálicos: muy mal entienden la batalla quienes, en nombre de la libertad de expresión, atacan la sede de un periódico.

Y los de la maza

La misma justicia española que condenó a Pablo Hásel es la misma que suspende una norma del gobierno vasco para frenar la pandemia, que da la razón a los sindicatos vascos, y la misma a la que pertenece el juez canario al que pillaron, supuestamente (que ya sabemos cómo es la justicia española), en "una fiesta ilegal". El juez "señaló que consideraba 'desproporcionada' la actuación (€) que fue fruto de varias llamadas de vecinos. (€) La intervención policial se demoró más de lo habitual puesto que los agentes actuantes tuvieron que identificarse uno por uno por petición del propio juez" (Canarias7).

"Queremos una Ayuso"

Algunos hosteleros y algunos asiduos a la hostelería han proclamado aquí cerca: "Queremos una Ayuso" para que el sector y sus habituales convivan con el virus. Pues este es el resultado: "Tiene una incidencia de 489 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días frente a la media estatal de 349, un 20% de ocupación de camas hospitalarias frente a la media de 14%, un 48% de ocupación de camas de UCI frente a la media de 36% y una positividad de 9,50% frente a la media de 8,16%" (Público). Además "Madrid desconoce el origen de la mayoría de los brotes". Aún así, está dispuesta a flexibilizar las medidas.