i el pasado día 11 de mayo, fecha en la que los concesionarios de coches volvieron a abrir sus puertas después de casi dos meses con las persianas bajadas como consecuencia del confinamiento por causa del COVID-19, a los gerentes de estas empresas se les hubiera asegurado que las ventas de automóviles iban a ser un 10% menos de las negras perspectivas que se presentaban para cerrar este ejercicio atípico con unas previsiones que auguraban una caída del 40%, seguro que hubieran puesto cara de incredulidad y estupefacción. Y tenían razón para mostrar todas sus reservas porque acababan de cerrar el mes de abril con una caída de la venta de coches en Gipuzkoa del 98,69%, el peor dato de los últimos 20 años y el mayor desplome conocido hasta ahora.

Ahora, cinco meses después de reiniciar la actividad, tras el levantamiento del estado de alarma sanitario, aquellas previsiones que se antojaban como tremendamente optimistas, se están convirtiendo en una realidad, y eso sin tener en cuenta que todavía queda un trimestre por delante para concluir el año, con lo que todavía puede haber margen para recortar la caída acumulada por debajo de ese 30%.

A 30 de septiembre, el acumulado de venta de coches en Gipuzkoa, sin contar con los coches de alquiler, porque es un factor atípico que puede distorsionar la realidad del mercado, registra una caída del 30,71%, lo que significa un gap favorable de diez puntos con respecto a las mejores previsiones que auguraban una bajada del 40% al finalizar el año.

Y la culpa de todo ello ha sido la puesta en marcha del Plan Renove que ha impulsado este año el Gobierno Vasco con un importe de 10 millones de euros, que subvencionaba no solo la compra de vehículos eléctricos e híbridos, sino también de los de combustión de diésel y gasolina, y que ha sido todo un éxito al agotarse en tan solo tres meses desde su ampliación en el mes de junio, tanto en lo que se refiere a dotación como en el tipo de turismos incluidos en el programa.

El resultado ha sido que alrededor de 5.000 coches, según datos facilitados por el Ente Vasco de Energía (EVE), de más de 10 años de antigüedad han salido de las carreteras y han ido al desguace, con lo que no solo se ha contribuido a la reactivación económica e impulso del sector de la automoción en Euskadi, sino que también ha supuesto una colaboración eficiente en la transición ecológica.

Además, en Euskadi los compradores de coches han contado también con una ventaja añadida como ha sido la compatibilidad de las ayudas aprobadas por el Gobierno Vasco con el Plan Renove puesto en marcha por el Gobierno español el pasado mes de julio, con una dotación de 250 millones de euros. Gracias a esta concurrencia de estos dos programas, los compradores de turismos de diésel o gasolina podían acceder a unas ayudas de hasta 3.600 euros, que en el caso los vehículos eléctricos podían alcanzar los 7.000 euros.

A nivel estatal las ayudas públicas han tenido un efecto dinamizador en la venta de turismos, no solo al incentivar la demanda embalsada por el efecto del virus, sino también por impulsar la demanda añadida, es decir, aquellos compradores que no pensaban cambiar de vehículo, pero lo han hecho animados por los incentivos públicos. Faconauto, la patronal estatal de los concesionarios de automóviles, prevé, gracias al impulso del Plan Renove estatal, que las ventas de vehículos a final de año alcancen la cifra de 210.000 unidades, lo que quiere decir, que la eficiencia del plan actual es de un 25%, cinco puntos más que la obtenida por el Plan Pive, que es el último impulsado por el Gobierno estatal hace ya varios años.

En este sentido, la caída del 14,59% de las ventas de turismos que ha registrado Gipuzkoa en el pasado mes de septiembre, en relación al mismo mes de 2019, y que ha podido provocar alguna lectura negativa sobre un posible regreso de la incertidumbre al mercado, como consecuencia del final del Plan Renove en Euskadi, puede resultar errónea si se toma como referencia en términos absolutos y no se contextualiza. En las actuales circunstancias, hay que tener en cuenta el punto de partida de donde se viene y el complicado escenario en el que se está desarrollando este ejercicio económico que nada tiene que ver con el del año pasado. Son dos realidades diametralmente diferentes.

Dentro de ese análisis se podrían poner como ejemplo en sentido contrario los buenos resultados obtenidos en las ventas de coches en los meses de junio y julio, incluso en agosto, que, a pesar de sufrir una leve bajada y ser históricamente un mes con muy poca actividad por el efecto veraniego, sin embargo registró en Gipuzkoa una subida del 15,06%, respecto del mismo mes del año anterior. Pero eso es no querer ver el bosque por lo que es pertinente relativizar los datos dentro de un contexto desconocido y analizar las tendencias de la demanda.

Lo cierto es que el Plan Renove ha sido un éxito porque ha servido para dinamizar el mercado en su conjunto y ha sido muy positivo al haber aminorado de manera importante el desplome de la demanda que se preveía, con lo que se espera que el Gobierno Vasco incluya otro plan en los presupuestos del año que viene, dentro del Plan de Reactivación Económica y del Empleo que va a poner en marcha con una dotación de 13.250 millones de euros.

Las noticias positivas que estamos viendo de aumento de producción en varios fabricantes de automóviles auguran que la demanda de turismos está creciendo, con lo que la puesta en marcha de políticas públicas de apoyo al sector de la automoción deben continuar, sobre todo en una situación de crisis como la que vivimos. No hay que olvidar que detrás de la venta de un coche no solo están los retornos fiscales que genera a las arcas públicas, a través del IVA y del impuesto de matriculación, sino también el impulso a un sector como el de componentes de automoción vasco, que supone el 47% del total del Estado.

Si en algún tiempo la puesta en marcha de políticas keynesianas para impulsar la economía por parte de los poderes públicos fueron necesarias, ahora con la peor crisis económica conocida en la historia adquieren carácter de urgencia.

El Plan Renove del Gobierno Vasco ha sido un éxito porque ha servido para dinamizar el mercado en su conjunto