s este un año de cambios y es mejor que aprendamos a aprovechar lo que vayamos aprendiendo y lo memoricemos, por eso de no tropezar dos y tres veces con la misma piedra. Este es un año raro, muy raro, y triste. Pero en nuestra mano está hacerlo algo más alegre. Este puede ser el verano en el que recuperar el filete empanado, la ensalada, la nevera y la mesa y sillas de camping para a ir a "pasar el día" por ahí. Quien más y quien menos tenemos en nuestra memoria los domingos en familia con el coche lleno de bártulos para pasar unas horas fuera de casa. También recordaremos comentarios del tipo: "¿Nos vamos para un año?". Y tampoco olvidamos las picaduras de mosquito, que más bien mordían. Pero, con todo, esos recuerdos están teñidos de cariño, de canciones en el coche y refrescados con el agua helada del río. Podemos, si queremos, generar nuevos recuerdos, de esos que no nos cuestan un ojo de la cara, de esos que solo cuestan lo que cuesta levantarse con ganas de ser un poco más feliz y de compartir buenos ratos con las personas que nos rodean y que más queremos. Puede ser el verano de las excursiones. Empecemos por hacer una lista de todos los sitios que estando cerca no conocemos y vayamos tachando uno cada fin de semana. En septiembre, seremos más ricos en recuerdos.
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