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Mesa de Redacción

Harri X. Fernández

Periodista cultural donostiarra. Máster en Periodismo de Investigación y Datos. Crítico de cine y jurado de los Premios Feroz. Torpe, olvidadizo y obsesionado con Ingmar Bergman y la animación. En una entrevista, Ryan Gosling se rio de él.

La soledad

oy de esas personas que agradecen mucho la soledad. De las que agradecen mucho su propia compañía, a veces, por encima de los que están a su lado. Me gusta ir al cine solo, tomar café solo en un bar, quedarme un sábado en casa solo... No me malinterpreten, no soy un asocial -o no mucho-, también disfruto de los multitudinarios encuentros tan propios de nuestra sociedad. Lo que ocurre es que si hace dos meses me hubiesen dicho que me iba a pasar otros dos encerrado -me lo dijeron pero no quise creerlo- hubiese pensado que, muy bien, tiempecito para hacer todo lo que tengo pendiente, como dar salida a todos los libros que tengo pendientes que, como he contado en alguna otra mesa, no son pocos. Lo que ocurre es que poner el mundo en pausa implica necesariamente darle al coco, y lo que en las dos primeras semanas era jauja y casi unas vacaciones, ahora se está convirtiendo en puro decaimiento. No hablo solo de mí, es lo que percibo en mi entorno -telemático-. Y este pensamiento me lleva a otro, ¿cómo viven aquellos que no tienen a nadie o tienen a sus familiares muy lejos? Y a este le sigue un tercero, que más que un pensamiento es una sensación: la de que muchos van a salir de este confinamiento con un trauma para el que se necesitará terapia. Yo, por mi parte, además de tener muchas ganas de abrazar a propios, empiezo a querer abrazar a extraños.