El cuchicheo europeo sobre Catalunya se ha convertido en un artefacto de acción retardada. Los cinco encarcelamientos de la semana pasada han generado una polémica creciente, cuyo punto culminante ha sido la detención de Carles Puigdemont en las inmediaciones de Hamburgo. La prensa alemana se mostró ayer dividida convirtiendo el caso catalán en una cuestión cuasidoméstica que repercute de lleno en los alemanes. El Zeit Online calificaba la detención de Puigdemont como “un punto de inflexión en el conflicto de Catalunya”. Süddeutsche Zeitung aseguraba que Alemania “ya tiene su primer preso político. Ahora pasa algo con lo que Europa no había contado antes. El derecho penal se redescubre como un medio empleado, de mala manera, para la persecución de opositores políticos”. Para Berliner Zeitung, “Puigdemont es un rebelde en el sentido político de la palabra, pero no en el significado penal”. El Frankfurter Allgemeine Zeitung afirmaba que “los separatistas carecen de liderazgo y están divididos, pero el Gobierno central de Madrid no está tratando de encontrar una solución duradera al conflicto”. Según Der Spiegel, “Puigdemont no es un traidor, sino un político elegido democráticamente”. Pero el más duro contra Rajoy ha sido The Times: “Desde octubre del año pasado, el Gobierno español ha tratado de manera insistente el tema espinoso del independentismo en Catalunya con imprudencia, mano dura y un deseo aparente de empeorar la situación ya de por sí complicada”, iniciaba su editorial el rotativo británico. Acusaba a Rajoy de “adoptar una actitud de indignación legalista, mientras que la Policía y los jueces españoles persiguen con entusiasmo a figuras separatistas”. Explicaba que se impidió de forma judicial la investidura de Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull. Y concluía que “la independencia catalana es probablemente una mala idea”, pero “Madrid necesita comenzar a hablar con sus oponentes y dejar de buscarlos en la cárcel”.