El caso más mediático al que se había enfrentado hasta ahora la jueza Carmen Lamela, el de la agresión de varios jóvenes a dos guardias civiles, acompañados por sus novias en las ferias de Alsasua en un bar, a las cinco de la mañana y en el que resultó herido un guardia civil en el tobillo, se juzgará como acto de terrorismo (¿?). Parece casar mal con esa etiqueta. Y la agresión de Alsasua espera señalamiento. Tras hacerse cargo de esta causa, a la jueza Lamela se le entregó la Cruz de Plata del Mérito de la Guardia Civil, una distinción de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado con la que cuentan muchos jueces y fiscales de la Audiencia Nacional.

Si la realidad se midiera por Twitter, la magistrada Carmen Lamela habría pasado de heroína a villana durante la tarde del pasado 16 de octubre, día en que envió a prisión a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart por sedición. O de roja peligrosa a reaccionaria agradecida por haber sido condecorada por el Ministerio del Interior. Aquella tarde, con tres horas de diferencia, Lamela dejó en libertad con comparecencias quincenales al posteriormente depuesto mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, pese a que el fiscal pedía prisión para él, y encarceló a los presidentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural.

Y los que en un momento la aplaudían pasaron a criticarla, por no decir insultarla, y viceversa. Iras y loas que se acentuaron la semana pasada tras enviar a la cárcel a la mayor parte del Govern cesado.

La decisión de la jueza Carmen Lamela de dictar prisión incondicional para el ex vicepresidente Oriol Junqueras y los ocho exconsellers ha dado un nuevo giro dramático al proceso sobre la independencia de Catalunya. Una situación a la que se puede sumar la orden de detención contra el expresident Carles Puigdemont de la magistrada de la Audiencia Nacional. En paralelo, las entidades soberanistas ya han iniciado movilizaciones de protesta, mientras empieza a sonar cada vez con más fuerza la demanda de una huelga general. Salud y República.