¿Esto quién lo evita?
El presidente de la Sociedad Nuclear Española y de Nuclenor, José Ramón Torralbo, ha resaltado que se han cumplido ya dos años de la evaluación continua y “exhaustiva” de la central de Garoña sin que haya aparecido “impedimento técnico” alguno para que la planta pueda reabrirse y seguir operando, eso sí, “con alguna modificación”.
El Sr. Torralbo aclara que hay “incertidumbres” que afectan a la decisión “final” que se adopte sobre Garoña, como la política energética futura que se establezca en España. Y enfatiza que hasta ahora se han invertido más de 300 millones de euros para mantener la central burgalesa en condiciones de reversibilidad, y “habrá que seguir invirtiendo bastante más, pero hay que esperar”.
Menudos planteamientos tan bien construidos. Solamente le falta decir al Sr. Torralbo que él mismo va a construirse una pequeña casa justo al lado de la central nuclear, en la que habitará de manera permanente para demostrarnos que no existe ningún riesgo ni temor.
Muchas manifestaciones y muchos ciudadanos se han manifestado en contra de la central nuclear y va siendo hora de que las autoridades que tienen en ello sus intereses y emolumentos admitan de una vez por todas la palabra “ del pueblo” al que dicen servir.
A estas alturas en que se está cuestionando cuál es la energía más limpia y saludable, nos aparece este cruzado con la defensa cerrada de la energía nuclear y para más inri tratando de extender por muchos años más el funcionamiento de dicha central.
Solamente me resta, Sr. Torralbo, indicarle que va siendo hora, que desde su tribuna de poder ostente de verdad el banderín del stop a la energía nuclear en la central de Garoña.
Su nombre y el papel desempeñado por su gestión será reconocido positivamente si así lo decidiere y la central de Garoña fuese un sueño que ya ha finalizado.