Navidad o vanidad
El Ayuntamiento nos viste las calles con miles de bombillas, parece “Alicia en el país de las maravillas”. Se crean bonitos belenes de exposición para que nos entre la emoción: con el pesebre, la oveja, los ángeles y el pastor; todo respira amor.
Los comercios lucen sus escaparates con cintas, muñecos y adornos variados, ofreciendo sus ofertas a los más espabilados.
¡Alegría¡ qué viene la lotería... si te toca, qué salto vas a dar y si no volverás, con suerte, a currar.
Pon el árbol y el belén en el pasillo, guarda en el frigorífico el solomillo. Quizás ases un cordero que una buena cena es lo primero.
¿Has cobrado la paga del mes?, ahora tienes pasta para ir al Corte Inglés.
Mucha competencia para traer los regalos, ¿quién ganará, Papa Noel, Olentzero o los Reyes Magos?
Fin de año, a disfrutar del cotillón; en el pub, en la plaza o en la disco mueve el esqueleto, haz el indio y pega un brinco. Las doce campanadas, a por las uvas y de madrugada borrachos como cubas?
¿Es todo esto Navidad? ¿No será más bien vanidad? Navidad es recordar aquel Cristo que en la cruz sufrió horrores para salvar al mundo de sus terribles errores. La Navidad no es lo que hace todo el mogollón, sino convertirse a Cristo y llevarlo en el corazón.