Viejos cacharros
Solo puede tener una explicación, el intento desesperado de asegurarse los votos de las comarcas de Debabarrena, Debagoiena, Urola Kosta, Urola Erdia y Goierri. Me explico, desde principios de año la Diputación de Gipuzkoa ideó la renovación de líneas y frecuencias de Lurraldebus en las cinco comarcas citadas. Pero, una vez diseñadas las nuevas líneas y ampliamente publicitadas entre la población, ¡maldita sea!, la fabricación de los nuevos autobuses tardarían en estar operativos para el servicio cuatro o cinco meses. Es decir, que estarían listos para primeros de junio. Pero eso significa que ¡mi gozo en un pozo! O dicho de otra forma, para entonces ya se habrán celebrado las elecciones. Diputación, (no sé por qué veo en la operación la mano de Larraitz Ugarte) se puso en marcha. Habló con varias empresas del servicio público de viajeros, y ¡me cachis! ellos tampoco tenían autobuses suficientes. A pesar de todo, a principios de marzo se firmó el contrato con las concesionarias de línea regular, y se puso una vela a San Roque para que adelantara la llegada de los nuevos autobuses. Como el santo no estaba por la labor, se tuvo que echar imaginación porque no es nada fácil encontrarlos. Tienen que disponer de plataforma para discapacitados y otros requisitos. Alguien se acordó que Bizkaibus tenía una partida de vehículos en desuso por haber cumplido más de una década de servicio. El nombre de Bizkaibus puso los cabellos como escarpias. ¡También era mala suerte, por diez malditos días! Lo racional era esperar y poner en marcha las líneas, cuando llegaran los nuevos autobuses. Pero, ¿y las elecciones? Claro que Izagirre podría seguir paseando a Pepe Mújica, pero tampoco era cuestión. Finalmente, se hicieron con las viejas unidades de Bizkaibus, porque la ley permite su uso hasta que cumplan los 12 años. Ahora varias líneas de Gipuzkoa están servidas por esos viejos cacharros que se averían más de lo debido.Pero, una mano de pintura seguramente eliminará todas las huellas bilbainas.