La renovación del parque de vehículos y la fluctuación de las ventas de automóviles nuevos son temas de actualidad y de gran interés, de forma aún más especial desde el inicio de la crisis.
Los datos de venta de automóviles son un reflejo de la situación económica, de forma que cuando éstos aumentan los entes públicos y muchos economistas pronostican una mejoría, mientras que si disminuyen, se apresuran a formular medidas que sirvan de estímulo para paliar las caídas.
Sin embargo, la renovación del parque automovilístico no es relevante solo por atender a criterios económicos y estadísticos. El sucesivo envejecimiento que ha experimentado el parque de automóviles, supone que los vehículos en circulación presenten un mayor desgaste y deterioro por uso y paso del tiempo, haciendo que estos sean menos seguros, problema agravado por la falta de un correcto mantenimiento en aras a un pretendido “ahorro”. Los vehículos nuevos ofrecen un número mayor de elementos de seguridad activa y pasiva, que les hace ser más seguros que los vehículos de antaño.
Además, fruto de la evolución tecnológica y del sucesivo endurecimiento de la normativa en materia de emisiones, los nuevos vehículos son mucho menos contaminantes que los de hace años.
A pesar de ello, la renovación del parque de automóviles ha sufrido una parada considerable en los últimos años. Si bien es verdad que la crisis económica ha sido la principal causante, consideramos que junto a ella, han existido otras variantes.
Así, hace poco más de una década, si nos fijábamos en los coches que por aquel entonces tenían más de diez años, pocos de ellos contaban con elementos de seguridad y confort con los que a día de hoy estamos habituados. Entre ellos se encuentran el aire acondicionado, la dirección asistida, el airbag o los cinturones de seguridad y reposacabezas traseros. Sin embargo, la mayoría de los vehículos que a día de hoy cuentan con más de diez años ya equipan estos sistemas. Por otra parte, al reducirse el número de ventas, los nuevos modelos se ven menos en la calle y esto hace que los modelos inmediatamente anteriores, estéticamente envejezcan en menor medida. Es decir, parecen menos antiguos de lo que realmente son.
Por todo ello, en el Real Automóvil Club Vasco-Navarro, valoramos de forma positiva toda iniciativa que pretenda reactivar las ventas de automóviles y renovar el parque de éstos. Así pues, consideramos que es de vital interés fomentar y favorecer la renovación del conjunto de automóviles, no sólo por suponer un estímulo económico (y de mayor manera en el País Vasco y Navarra, por ser comunidades con un tejido industrial del automóvil y sus componentes relevante), sino porque de esta manera se preserva e incrementa la seguridad de los usuarios de los automóviles y el conjunto de personas partícipes en el tráfico (los otros conductores, motoristas, peatones, etc.) y por disminuir así las emisiones de gases nocivos, sin privar a los conductores del uso de sus automóviles.
Por último, al hilo de esta temática, creemos que debemos ser consecuentes y de forma aún más especial deben serlo los entes públicos. Éstos apremian a que aumenten las ventas de automóviles, pero, al mismo tiempo, penalizan y agravan su uso de forma paulatina. No tiene sentido instar a comprar automóviles para que sus propietarios no los utilicen o encuentren cada vez más trabas al hacerlo. Defendemos el uso responsable del vehículo privado.
No tiene sentido instar a comprar automóviles para que sus dueños no los utilicen o encuentren cada vez más trabas al hacerlo