Martin Garitano y Larraitz Ugarte, diputada de Movilidad e Infraestructuras Viarias han demostrado que para ellos todo vale, con tal de rebañar un puñado de votos. A las 15.30 horas del miércoles 25, inauguraron los túneles de Deskarga que atraviesan el sinuoso puerto. Les acompañaron en el acto los alcaldes de Zumarraga, Urretxu, y Legazpi. El diputado general aprovechó el acto para presentar pomposamente la obra, que paradójicamente se adjudicó en la legislatura anterior, como un ejemplo de buen hacer por parte del Ejecutivo de Bildu, omitiendo de paso la referencia obligada al tramo Beasain-Bergara que debiera también estar concluido, pero que por la deficiente gestión de Diputación se retrasará por lo menos hasta 2017. La inauguración se hizo a toda prisa, solo seis días antes de que la ley electoral prohiba este tipo de actos. Lo que no sabíamos entonces es que Garitano y Larraitz Ugarte habían sido capaces de anteponer una maniobra electoral por encima de la seguridad de cientos de vehículos que circulan a diario entre Urretxu y Antzuola. El viernes el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco confirmó que los túneles de Deskarga se inauguraron sin presentar para su validación el preceptivo Plan de Autoprotección que garantiza su seguridad en temas como la medición de variables atmosféricas, gases. ventilación o evacuación de humos. Ante la denuncia de un consejero de Bidegi, Larraitz Ugarte remitió a la chita callando el plan “al día siguiente de la inauguración, es decir el jueves a las 17.00 horas”. En estos momentos, los túneles de Deskarga no cuentan con el visto bueno del organismo competente y deberían cerrarse. Bildu no solo ha incurrido en una vulneración de las obligaciones legales, sino que ha cometido una imprudencia muy grave, que debería tener consecuencias judiciales. Primaron los motivos electorales a la seguridad de los guipuzcoanos, pero en esta ocasión les “ha pillao el carrico del helao”.
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