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Deprisa y corriendo

El proyecto de ampliación de la línea del Topo al Centro de Donostia siembra serias dudas antes incluso de que se inicien las obras que el anterior Gobierno Vasco adjudicó sin alcanzar un consenso previo

EL proyecto de ampliar la línea del Topo al Centro de Donostia, impulsado a bombo y platillo por el Departamento de Obras Públicas y Transportes que dirigía el socialista Iñaki Arriola, empieza a descarrilar. Los planes que con tanto ahínco diseñó y publicitó el exviceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, comienzan a sembrar serias reticencias antes incluso de que se inicien las obras. La oposición del Ayuntamiento de Donostia y las dudas que mantienen los nuevos inquilinos de Ajuria Enea sobre la viabilidad del suburbano confirman que el proyecto se elaboró deprisa y corriendo, sin buscar el necesario consenso con el resto de partidos y sin asegurarse de antemano la obligatoria financiación. Ahora, una vez abandonada la Consejería, los antiguos responsables de Obras Públicas y Transportes admiten que el nuevo Gobierno Vasco podría "no ejecutar" los trabajos y reconocen también que las obras se podrían prolongar hasta ocho años. La irresponsabilidad de los anteriores gestores del Departamento se manifiesta porque adjudicaron el primer tramo del proyecto -de Lugaritz a La Concha- antes de las últimas elecciones autonómicas, y el segundo trayecto desde La Concha a Morlans lo hicieron cuando ya ejercían en funciones. En total, Arriola, de la mano de Gasco, comprometió 100 millones de euros (más el IVA correspondiente) para un proyecto que de momento no concita todas las adhesiones que lo justifiquen. El Ayuntamiento de Donostia, que en principio sería el principal beneficiado por la construcción de esta infraestructura no lo considera ni necesaria ni prioritaria. Es más, ha planteado una batería de alegaciones -cree que algunas afecciones son "inasumibles"- porque considera que los trabajos de construcción del también llamado Metro de Donostialdea pondrían la ciudad patas arriba. Y no precisamente en zonas de poco tránsito. El plan del anterior Ejecutivo vasco preveía llevar el Topo hasta La Concha, lo que conllevaría importantes modificaciones en el tráfico rodado, con el consiguiente cierre durante largos meses de carriles de vías tan concurridas como las calles San Martín y Easo, el Buen Pastor, la avenida de Zarautz o el paseo de La Concha. El nuevo viceconsejero de Tranportes -aún no ha sido nombrado- tiene por delante una complicada papeleta para resolver.