Tolosa: ¿dónde está la Udaltzaingoa?
Cartas a la Dirección
hace poco días leí en su diario las intenciones del Ayuntamiento tolosarra de cambiar la imagen de su Policía. Cambio de nombre en sus uniformes, etc. Asuntos importantísimos. Era como discutir sobre el color con el que pintar el poste de un semáforo averiado. El cambio de imagen que quieren los tolosarras es que se note su existencia, que se vea la presencia de los "municipales" como hace años.
El pasado sábado día 3, el espectáculo que dio Tolosa por la noche fue triste y preocupante. Algunos grupos de jóvenes repletos de alcohol y otras sustancias hasta las cejas se dedicaron toda la noche a gamberrear, mear, romper botellas y vasos por las calles y destrozar escaparates sin que nadie pusiera un mínimo de orden ni límite a sus actos. Y aquí no incluyo a la mayoría de la juventud que salió a divertirse correctamente.
La situación no es puntual. Se da casi todos los fines de semana aunque con menor virulencia. Pero cada vez más frecuentemente, para sufrimiento de los vecinos de la Parte Vieja. El sábado hubo bares, como el Sugar Sugar, que cerró casi a las cinco de la mañana, y hasta esa hora, con la música a tope y sus puertas abiertas. Un bar ya denunciado cuatro veces en el Ayuntamiento. Denuncias por incumplir las ordenanzas, es decir, la Ley, y que supongo estarán en el cesto de los papeles.
Ahora, me pregunto: ¿Quiénes son los encargados de hacer que la Ley se cumpla? ¿Quién debe obligar a un bar a cerrar a las horas establecidas y a bajar el volumen de su música, o a tener sus puertas cerradas? ¿Quién debe velar para que no haya gente dando gritos por las calles, echando petardos de madrugada, meando por las esquinas o rompiendo escaparates? A mí se me ocurre pensar que eso es labor de las policías. En Tolosa hay tres: Guardia Civil, Ertzaintza y Udaltzaingoa, y son como las hijas de Elena, "tres eran tres y ninguna era buena". Una no es conveniente, la otra no es competente y la tercera no es convincente, pues ni siquiera se ve. Estas quejas no van dirigidas contra los policías municipales, todos personas de bien a las que respeto sinceramente, sino contra quienes los dirigen. Contra los responsables de programar su trabajo. Contra los que "pasan olímpicamente" del incumplimiento de sus propias ordenanzas, sabiendo que ello se produce todos los fines de semana. Contra los que pierden su tiempo discutiendo sobre el color del poste de un semáforo averiado. Por todo lo expuesto, pediría al Ayuntamiento que haga ¡lo que está obligado a hacer! Para que nuestro querido Tolosa no se convierta, todos los fines de semana, en el estercolero del territorio, como se está convirtiendo en la actualidad. Porque si ese es el Tolosa que quieren, ¡apaga y vámonos! Mejor dicho, ¡que apaguen y se vayan!
Mikel Telleria