Tercer aniversario del asesinato de Inaxio Uria
Prescindamos de la imposición, recurramos a la razón y el argumento. Durante años hemos vivido como si las personas fuéramos sus posesiones y se atribuían el derecho a decidir como deberíamos pensar y opinar. Para pasar página, primero hay que leerla y eso quiere decir que hay que mantener viva la memoria.
Quizás sea esto lo que a algunos no les guste: mantener vivo algo que otros quieren ocultar. Es el único paraíso del que no podemos ser expulsados. Tanto sufrimiento y dolor es una asignatura pendiente. El peligro de la memoria histórica es construir el pasado desde los intereses del presente. El día que seamos capaces de entendernos, aceptarnos y respetarnos aunque pensemos distinto, podremos caminar juntos.
El nacimiento y la muerte abren y cierran la experiencia de la vida. El derecho de vivir no lo tenemos que ganar, nos pertenece. Inaxio, esperaste lo inesperado y aceptaste lo inaceptable. Te quitaron la vida por tus ideas, sin darse cuenta que los que conducen y arrastran el mundo no son las máquinas sino las ideas.
Sin darse cuenta que nunca podrían con tu voluntad. En nuestro caminar por la vida te seguiremos teniendo presente, aunque algunos piensen que todavía no estamos en el tiempo. Nos has transmitido tu energía, tu dignidad, tu fuerza vital. Tú ya estás dentro de todos nosotros. Estás en cada persona en la que has dejado huella.
Descansa y regresa a tu verdadero hogar.