Son los que lleva el viejo Bob (Duluth, Minnesota, 1941) esparciendo por todo el mundo su agridulce poesía. A pesar de sus 70 añazos Bob Dylan sigue al pie del cañón, como pudimos comprobar el año pasado aquí mismo, en Gasteiz. 50 años en los que ha fustigado a los que quieren la guerra y se cargan el medio ambiente -que suelen ser más o menos los mismos- con canciones como Una fuerte lluvia va a caer, Señores de la guerra, Blues de la III Guerra Mundial, Con Dios de nuestro lado o la mítica Blowi'n in the Wind, y ha denunciado a los especialistas en deslocalización de grandes empresas que condenan al paro a miles y miles de trabajadores (Blues del país del norte). Ha cantado al humano sencillo de la calle, a los marginados, a los débiles en piezas como Balada de Hollis Brown, Mr. tambourine Man, Only a hobo, Hurricane, etc. pero también ha escrito bellísimas poesías de amor y solidaridad (Chica del País del Norte, Si no fuera por ti, Forever Young, Refugio ante la tormenta, Si la ves, dile hola y muchas más. Pero los hombres de metal no te quieren Bob, te persiguieron en los 60 y los 70, han intentado ningunearte muchas veces, te prohibieron inmediatamente después del 11-S en plena marea hiperpatriótica de la Norteamérica más carca y desde luego, nunca te darán el Premio Nobel, pero ni falta que hace. Tú eres el mayor poeta vivo de los últimos 50 años. Tú has bebido de las fuentes de los hombres buenos como Woody Guthrie o Pete Seger y te has inspirado en las gentes de a pie con sus sueños y sus miserias. Tú fuiste nuestro refugio en la tormenta, tú nos diste la respuesta en el viento y tú nos has hecho jóvenes por siempre.

Eskerrik asko, Robert Allen Zimmerman.