Eficiencia fiscal
Cartas a la Dirección
La política económica tiene las vertientes monetaria y fiscal. La monetaria es competencia europea pero la fiscal -aún- es doméstica. Su diseño es difícil. Abandonemos apriorismos y apelemos a la ciencia económica y estadística. Veamos la Curva de Laffer. Demuestra que a impuestos cero corresponde recaudación cero. Conforme suben los impuestos, se recauda más. Pero a partir de un nivel impositivo el impuesto resulta desincentivador o aparecen formas de evasión o "economía sumergida" o deslocalización, que hacen que sea menor la recaudación. El trabajo de Arthur Laffer se demuestra matemáticamente por el Teorema de Rolle y Premios Nobel de ideologías casi antagónicas como Paul Samuelson o Milton Friedman tienen elaboradas tabulaciones empíricas al respecto. Países como Suecia tuvieron que descender la presión fiscal para aumentar la recaudación y no dejar de ser una sociedad del bienestar. Aparentemente paradójico, pero real. El manejo de la progresividad impositiva, que todos compartimos, es técnicamente muy sutil. Ya no es una cuestión ideológica sino de eficiencia. Política fiscal no es asfixiar, sino facilitar el crecimiento hasta cotas del 3% que generen vigorosa recuperación de empleo. Ello permitiría una mejor atención a las crecientes necesidades sociales y generar un círculo virtuoso: trabajo, ahorro, inversión, consumo, más recaudación. El consejo de ministros cubano presidido por don Raúl Castro aprobó hace unos meses importantes reducciones de impuestos que pretendían potenciar el empleo abriendo oportunidades y parece que lo están consiguiendo -según recoge Granma el 6 de junio-. Bastantes cubanos que hace meses no podían trabajar hoy pueden, modestamente, hacerlo. Estamos en el siglo XXI.
Carlos Matellanes