nO puedo evitarlo. Quiero criticar de una forma dura el artículo de opinión publicado el 21 de mayo de 2011 en NOTICIAS DE GIPUZKOA titulado La Facultad de Veterinaria vasca y escrito por José Manuel Etxaniz. Sí, ha escrito un artículo feo, y no era necesario ser feo para defender su postura, o sus intereses particulares, o los de algún colectivo. Solo era necesario utilizar algunos de los argumentos, que desde luego también expone y que se agradecen, y se lo digo de antemano.

Parece que nos conoce muy bien a los universitarios, y concretamente al profesorado de la Facultad de Farmacia de la UPV/EHU, y también parece que muy a su pesar. ¡Menuda tropa!, ¿no? Yo no le conozco. Y desconozco el origen de su superioridad moral. ¡Y lo fácil que le resulta menospreciar a los administradores de lo público! ¡Qué tiempo tan feliz! Bien, entremos en el desastre para nuestra sociedad que ha supuesto la creación de la Facultad de Farmacia (hace 20 años), tal y como predecían en aquel tiempo los colegios profesionales de farmacéuticos y de veterinarios ("siguiendo un guión preestablecido", digo yo).

La UPV/EHU se atrevía a ofertar Farmacia y Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Sin embargo, tira la piedra y esconde la mano. ¿Ha preguntado a la sociedad (oficinas de farmacia, hospitales, centros tecnológicos, centros de I+D+i, industria) cuánto ha empeorado el servicio público derivado de la atención farmacéutica, y cuánto el manejo del conocimiento científico generado globalmente? ¿Ha preguntado a la UPV/EHU cómo es posible que esta facultad que se creó "para dar salida a los intereses bastardos de unos profesores" se sitúe desde hace años entre las tres primeras en artículos científicos de impacto internacional o en captación de financiación externa de carácter competitivo por profesor ("bastardo", digo yo)? Como juego con ventaja ya que no ha tenido tiempo de preguntar a tanto ente público y privado, lo admito, ha sido un desastre que solo ha servido para que un catalán que sobraba en su país, donde por supuesto cometieron ese mismo error 50 años antes, viniese aquí.

Así que, pasemos de ese desastre al siguiente. De cómo ahora lo quieren empeorar todo más creando un Hospital Veterinario público, que será el embrión de la Facultad de Veterinaria vasca. "Que no lo tiene ni Noruega", y ya sabemos que los noruegos tienen hasta petróleo, y que les sale hasta por las orejas. Ahora, en serio, porque engaña a la ciudadanía vasca. En Noruega la responsabilidad de la educación superior en el campo de las ciencias veterinarias recae en la Norwegian School of Veterinary Science (NVH, situada en la ciudad de Oslo, mire la página web). Se establece en 1935, y tiene en la actualidad una capacidad de formación de 470 alumnos, 390 alumnos cursando el grado de veterinaria y 80 alumnos de doctorado.

Por supuesto, la escuela distribuye a sus alumnos en los servicios clínicos del país, y mediante convenios de colaboración y gracias a programas como Erasmus, en otras universidades europeas. No confunda la internacionalización con la ausencia. En estos momentos, el ministro competente (ver informe 2009) cataloga a este centro como uno de los más excelentes del conjunto de centros de educación superior de Noruega. Además, en el periodo 2011-2013, el NVH (ver su plan estratégico) prepara el establecimiento de un nuevo espacio en la ciudad de As, en colaboración con la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida. Así que, finalmente vamos a estar de acuerdo, sigamos el ejemplo noruego. Sigamos el ejemplo holandés. Sigamos el ejemplo danés. Un único centro de educación superior en Veterinaria orientado a la excelencia y la internacionalización de las ciencias veterinarias, en nuestro país, nuestro pequeño país. Lo que haga España, con sus once centros, y las sumas o combinaciones con otros países europeos, por arriba o por abajo, a la derecha y a la izquierda (el sudoku es suyo), no me aporta intelectualmente nada. ¿O deben decidir ellos cuántos vascos se forman cada año? Construyo país, construyo Euskal Herria, y nadie puede ofertarme todo lo que necesito, especialmente si también lo quiero en euskera. ¿O no nos beneficia socialmente formar médicos, farmacéuticos, geógrafos, periodistas? utilizando como lengua vehicular el euskera?

Claro, yo, al contrario que usted, me creo la obligatoriedad de tener todos los grados en la oferta de la UPV/EHU, y especialmente aquellos que están sujetos a directrices europeas, y que por lo tanto no suponen el establecimiento de "profesiones" cuyas atribuciones quizás serán pasajeras, coyunturales, o quizás impuestas por el mercado ("santa palabra"), sino profesiones contrastadas y con atribuciones fuertemente reguladas. Aquí nos jugamos mucho, ¿verdad? En definitiva, es una opción de política universitaria tan respetable como la suya. En todo caso, la mía se rige por el servicio público a este país, y quizás la suya por el interés privado.

¿Por qué hablamos de coste y no de inversión siempre que nos referimos a la educación superior? Mire el último informe de Innobasque sobre lo que significa la salud humana y animal para la economía del futuro de este país, y la apuesta estratégica que deberíamos hacer. Y en este conocimiento estamos huérfanos, como hace 20 años lo estábamos con el farmacéutico y el alimentario. Estamos enfrentándonos a unos retos tremendos con respecto a la salud animal, al cuidado de sus enfermedades, y a las enfermedades que pueden ser transmitidas al ser humano, y cuya gravedad no deja de crecer ("vacas locas" o gripe A, sólo por citar algunas crisis conocidas), también en este lado del mundo. Le recuerdo que el suministro de alimentos seguros es una condición previa para la buena salud pública. El manejo de este conocimiento, el generado internacionalmente en ciencia veterinaria (básica y clínica) requiere que la universidad y que el país realice una apuesta decidida, si realmente quiere ser capaz de aprovecharlo y realmente quiere progresar. Solo una institución universitaria pública puede garantizar la investigación de excelencia, libre e independiente (de intereses políticos y económicos), y que ésta contribuya a la promoción de la salud y del cuidado tanto de los animales como de las personas. Y este país debe ser ambicioso.

Es sorprendente que la existencia de un servicio público veterinario le haga daño al país, aunque desde luego no es sorprendente que algunos piensen que la existencia de un hospital público con un servicio 24 horas y siete días a la semana, equipado con quirófanos adecuados, le haga daño al ejercicio privado de la profesión. Probablemente esa nueva infraestructura replantearía la política que realizan las diputaciones forales para ayudar a los ganaderos de este país. Probablemente replantearía su ejecución (fondos públicos) a través de la prestación privada de servicios veterinarios. Si va por ahí la cosa, qué quiere que le diga, pónganse las pilas porque nuestro país necesita este servicio público y necesita generar un conocimiento que ustedes nunca podrán ofertar.

No, no, al articulista le preocupan las personas, le preocupan las personas que irán al paro, bueno, en concreto el ¿excedente de titulados que generaría una Facultad de Veterinaria en el futuro? (quizás en 2019). No, usted piensa en el "status quo" del ejercicio profesional. Sigamos como estamos: "Y está demostrado que es más barato pagar una beca y que se formen fuera" (dice el articulista, después de lo de Noruega). ¿Formar aquí lo que se forma fuera es romper el "status quo" actual? (entradas y salidas de profesionales en ejercicio). No, que no es eso, nos dice, que es tirar el dinero público: "¡que no sabemos cuántos vascos corren por España estudiando Veterinaria", y en todo caso las "becas". Claro que lo sabemos.

Lo que no sabemos es cuántos que ahora no pueden correr por España, la cursarían si existiese la oferta (¿cuántos dejarían de estudiar Farmacia y Biología en la UPV/EHU, y??). Sí, tire balones fuera con la "pachanga" de las becas. Y si fuésemos tan nefastos para nuestra sociedad y la ofertásemos también en euskera, ¿cuántos de Euskal Herria vendrían? Por ejemplo de Navarra. Los navarros vienen aquí (Facultad de Farmacia de la UPV/EHU), a pesar de existir una privada en Pamplona. No vale utilizar un argumento y su contrario: o hay necesidad de formar veterinarios o no la hay.

Y los dos estamos de acuerdo, la hay (ver el libro blanco de los estudios de Veterinaria publicado por la ANECA). Bien, pues yo, además, propongo que EiTB ponga en marcha una serie de televisión sobre la profesión de veterinario que fomente las vocaciones en nuestros hijos (como hacen en Catalunya. ¡Si soy un irresponsable!). Sí, quiero que los mejores expedientes de Bachillerato se decanten por estos estudios.

En definitiva: ¡Viva Islandia! por su capacidad, al margen de la actividad de sus volcanes, de poner en "solfa" los privilegios de unos pocos (lo digo yo, usted nunca lo diría).