ALGUNOS medios de comunicación recuerdan, por fin, datos subestimados que, normalmente, generarán más de un tema de reflexión. Este artículo comprende una serie de cifras que generalmente aburren. Por ahora se trata de describir una situación en la que estamos ya sumergidos. Se puede leer este artículo saltando muchas de sus cifras.

La crítica y autocrítica entre y de algunos Estados europeos sobre el alto nivel de sus deudas soberanas, tratadas como enfermedad vergonzante, contagiosa y apenas confesable, son de sobra conocidas más por sus efectos que por sus causas, una vez más. Los efectos son invariables: se ruega a los más necesitados que pasen por la taquilla para recoger la cartilla de sus recortes en materia social. Las apreciaciones son análogas de un Estado a otro. En todos los casos se culpabiliza a la sociedad civil por su exigencia de bienestar, por baja que sea.

He aquí que surge un caso conocido pero frívolamente ignorado. Un monstruo, bello durmiente, el puto amo, continuaba desarrollándose a cuenta de los demás. Un silencio cómplice impedía el debate necesario sobre el caso USA, cuya deuda representa más del 95% de su PIB. Esta noticia ahora conocida y divulgada se ha acogido con una impresión de "Schadenfreude", placer que produce la desgracia (ajena). Mal de muchos consuelo de los viejos Estados europeos a los que solo les quedan los ojos para llorar. Por ahora, asisten impávidos a la perversa política de los USA que consiste en maniobrar la impresora de billetes y así exportar, al mundo entero, sus dolencias en dólares. Siguen practicando el deporte favorito de los responsables del Tesoro americano, el quantitative easing, y bogue la galera, no cesan de exportar lo funesto, guerras, inflación… de manera a preservar el territorio "nacional" de los Estados Unidos. El dólar cotiza a la baja respecto al euro, acentuando el desequilibrio de la balanza comercial Europa-USA en su favor.

¿Qué política o políticas monetarias propondrán los mandatarios para compensar desequilibrios crónicos como los citados?

China, recientemente iniciada a las reacciones sociales en su propio territorio, Europa en crisis, sus mercados internos enfermos, solo se debe a la ardiente obligación de exportar a países solventes, si los hay, para crear empleo pero, ¿a qué países exportar? Parece sorprendente la capacidad de letargo de la UE, que no cesa de dar ejemplos significativos de su naturaleza pasmada.

A un año de las elecciones americanas, de las elecciones francesas, de las elecciones españolas, ¿qué medidas de restricción tomarán los USA para reducir su colosal deuda? Serán medidas que, añadidas al desequilibrio monetario, complicarán aún más los accesos al mercado USA.

El mercado financiero languidece. En el campo europeo de la contienda algunos bancos tienen ya marcado el plazo, dos años, de exigibilidad de amortización de sus deudas. Es el caso de Alemania, para el 40% a 50% de su deuda.

¿Cuál será la reacción de los bancos europeos que representan el 20% de los activos bancarios totales y que disponen de un ratio de capital inferior a 8%? Que nuestras cajas se sacudan y espabilen, que llega el coco y no quedará liquidez que permita refinanciar a tasas normales de mercado. Parece indispensable mejorar tanto la cantidad como la calidad del capital, de manera a regenerar amortiguadores de crisis venideras, que serán aún más letales que la que vivimos. El retorno a la profesión de los banqueros, prestar y no especular, será la condición esencial de corrección de los desvíos estructurales causantes de los desastres ahora vividos.

En el Estado español la degradación del mercado inmobiliario complica la solución. ¿Cuántos bancos van a soportar que se desvalorice el capital principal de sus créditos hipotecarios? Según el FMI, pocos bancos europeos de dimensión internacional podrían aguantar la desvalorización, necesaria, de entre 15% a 30%. Los resultados de los bancos se deterioran y, en plena fiebre especulativa, las "maulas" han sido reinyectadas en el mercado mundial de valores basura. Para conseguir sanear los bancos, aumentando el ratio de capital hasta 6%, se estima que sería necesario inyectar fondos por valor de más de 4.000 millones de dólares a 5 años.

La mundialización de los productos basura (subprime) llevará a los bancos y fondos públicos "de la vieja Europa" a ayudar, a los USA para sobrevivir en su modelo capitalista con un déficit sin común medida con el de los países "protectores". Al "amo" le saldrán respondonas.

Se estima que la deuda pública de los USA llegará en 2015 a 19.700 mil millones de dólares, sin contar la deuda de los estados, municipios y distritos. Los acreedores de los bonos del tesoro USA marcan su inquietud frente a una deuda que pasa de ser estable a creciente y estructural. Es, en particular, el caso de China, que posee 25% de los bonos del Tesoro USA vendido al extranjero (4.500 miles de millones de dólares). USA-China, en materia de financiación no existen escrúpulos doctrinales que impidan el amancebamiento del capitalismo privado con el capitalismo de Estado.

A China, por ahora, le llega para todo: USA, Zapatero, África. Pero, y ¿para los propios chinos? ¿Y si les llega la crisis, virus indisociable del progreso cuantitativo y del consumerismo?

Habrá que recurrir a la India o a Brasil o confiar a la ONU, no al FMI, la gestión de una devaluación mundial que dejará el peculio de nuestros bolsillos reducido a su centésima parte. El que tenía cien mil podrá vivir con mil, el que tenía cien, o menos, tendrá que vivir, no se sabe cómo, pero como pueda.

Se estará examinando cómo franquear en dos años el "muro de la deuda mundial" estimado en cerca de 2.500 miles de millones de euros que llegan a su fecha de amortización.

Mientras haya petróleo, sus magnates de Medio Oriente, "sin discriminación de raza o religión" esta vez, comprarán bancos europeos, deudas estatales y clubes de fútbol.

Pero llegan el oro y la plata nuevos imanes de los inversores que brillan con los destellos de las crisis mundiales. ¿Cuál será el efecto? Cuidado con esos árbitros perennes.

La tarea se complica. No cabe duda de que las competencias de los que, en su calidad de electos, tengan que velar por el bien común, tendrán que ser sometidas a validación después de un examen de "triple lupa". La aptitud a la gestión privada exige una pericia homologada, que también convendría imponer a algunos pretendidos gestores financieros de la sociedad política que se satisfacen de la aprobación del elector, condición desde luego necesaria pero muy insuficiente.