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Las doce cuerdas

Así se conocía el ring, lugar donde se desarrollan los combates del duro y noble deporte del boxeo, y que hoy gracias a la TV ha perdido muchos adeptos, al comprobar de cerca, lo duro y cruel que resulta su práctica. Haciendo un parangón con la política, tendríamos que el cuadrilátero- como también se le conoce al ring- podría equipararse al Congreso de los Diputados, y los diferentes y numerosos partidos políticos, los encuadraríamos según su peso específico, en pesados, semipesados, medios, ligeros y moscas. Obviamente el partido en el poder sería el peso pesado, la oposición sería el semipesado, en los partidos nacionalistas encajaríamos a los medios y ligeros, según su importancia, y por último al sector de la izquierda más recalcitrante, lo pondríamos en la categoría de los pesos moscas.

Hoy la lucha encarnizada, por lograr el título nacional, para con él hacerse con el poder, lo llevan los grandes pesos, donde vemos que es bastante frecuente utilizar lo "golpes bajos" que como todo buen aficionado a este deporte sabe, que utilizarlo supone la descalificación inmediata, y sin embargo en la política no es así. Los espectadores lo estamos pasando mal, porque vemos que de seguir así, nos cargaremos el invento, y terminaremos todos escépticos, dejando quien más quien menos de asistir, a éstas "veladas" que nos ofrecen sus señorías.

Dicen que en lo económico España está en un momento preocupante, y sin embargo asistimos a un espectáculo que nos tiene desconcertados, ante los privilegios de sus señorías, donde desde los pesos moscas hasta el de los pesados, tienen unos emolumentos, que a los espectadores nos dejan "groguis" Por otra parte, en esas peleas, que en ocasiones superan los quince asaltos de tres minutos, los semipesados castigan a su adversario atribuyéndole que sufre de amnesia inmobiliaria, y que al igual que en el boxeo, ya le han colocado el sobrenombre de "aspirina" por aquello de que cuanto más se investiga, este producto, más propiedades se le atribuyen, siendo la réplica de los pesos pesados, la de que algunos no conocen a su sastre.

Y en estas doce cuerdas estamos, en la que los unos y los otros nos asustan sin cesar, poniéndonos la miel en los labios, al darnos cifras multimillonarias, de los fichajes que se pagan hoy, por ejemplo en el fútbol, en un país de locos, como ya hemos sido catalogados allende nuestras fronteras. No digamos ya, los espectáculos que nos trasmiten algunas cadenas de TV donde no tienen reparo en entrar en la vida íntima de familias que luego acaban destrozadas. En este combate, que es la vida misma, necesitamos con urgencia, árbitros imparciales, y buenos sparring que nos lleven por un buen camino.