En el amor y en la guerra, ¿está todo permitido? De amor y de guerra habla en su nueva novela precisamente la escritora y periodista Pilar Eyre, que ahora se ha lanzado también a la aventura audiovisual con un canal en YouTube.

Lleva ya muchos libros a sus espaldas. Ahora vuelve con De amor y de guerra. ¿Qué ha supuesto para usted retratar la Guerra civil en esta novela?

Pienso que es una forma inédita de retratarla, porque se plantea a partir de las vidas corrientes de unos chicos y chicas como nosotros. Me interesaba ver cómo incidía en estas vidas, de unos chicos corrientes, que se ven inmersos en esta terrible carnicería que es la Guerra civil y la Segunda Guerra Mundial , y cómo esto puede afectarles, a su vida y también a su forma de ser. Bea, por ejemplo, pasa de ser una chica acomplejada, gris como un ratoncillo, y las circunstancias hacen que se reafirme en ella misma, estudie una carrera universitaria y sea una de las primeras abogadas de Barcelona con despacho propio. 

En muy poco tiempo confluyeron muchos acontecimientos. Al leer estas páginas, sentimos que sus protagonistas no están realmente a salvo en ningún sitio. ¿Cómo se vive cuando se está en esa tensión constante?

Bueno, creo que al final te acabas acostumbrando, porque si no no podrías vivir. El ser humano tiene unos resortes de supervivencia increíbles, y lo estamos viendo ahora incluso en Europa en la guerra de Ucrania. Por ejemplo mi padre estuvo toda la Guerra Civil preso en la prisión Modelo, estuvo condenado a muerte, y cada día por la mañana daban la lista de los fusilados y no descansaba hasta llegar a la letra E. El ser humano se contenta con estas pequeñas trampas para sobrevivir y tirar adelante, porque si no la humanidad creo que se habría acabado hace mucho tiempo.

En esta novela ha retratado distintos estratos sociales, y procedencias: gallegos, catalanes, andaluces, una vasca... Retratar todas las comunidades era algo que no podía faltar, ¿no?

La verdad es que fue casualidad (risas). No ha sido algo deliberado de decir “Voy a sacar uno de cada una”. Los catalanes admiramos mucho a los vascos, les tenemos una gran admiración. Tú lees la biografía de cualquier político catalán y todos ellos siempre admiran la forma de hacer política de los vascos, cómo cuidan a su tierra… Y los ciudadanos también los admiramos. La madre de la protagonista es vasca, viene de Altos Hornos (es de ficción), pero tiene muchos puntos en común con muchas familias de aquella época.  

"Los catalanes admiramos mucho a los vascos"

Aquí además vemos un retrato de mujeres fuertes. Teresa y Beatriz se rebelan contra los cánones establecidos. ¿Qué sería de ellas si vivieran, en lugar de en aquella época, en la era actual?

Dado que la Unión Soviética ya no existe, Stalin tampoco…. Teresa sería una gran luchadora por las mujeres. Las dos. Creo que serían feministas, cada una a su manera, pero estarían en la lucha feminista. 

Como decíamos, lleva años compaginando la literatura con su trabajo cubriendo lo que ocurre en la Casa Real. ¿Qué cambios aprecia desde que empezó?

Muchos. Comparando las reinas que tenemos, de Sofía a Letizia, no pueden ser más diferentes. Letizia es una mujer que no aguantaría lo que aguantó doña Sofía. Es una mujer del siglo XXI, es feminista dentro de lo que le deja el protocolo de la realeza. Siempre que puede sale la palabra feminista, o mujeres, en las acciones que lleva a cabo. Y yo creo que es el papel de una reina del siglo XXI. No se puede consentir otra cosa. Por otro lado, antes había una censura férrea sobre todo lo que se podía decir de la Casa Real. Ahora también la hay, pero creo que cada vez se van abriendo más. Este verano han tenido gestos que les han acercado a la gente y pienso que hay esfuerzos por su parte para ir más con el signo de los tiempos, pero no olvidemos que la monarquía se basa en una mística.

Y entre Felipe y Juan Carlos, ¿encuentra muchas diferencias?

Unas diferencias brutales. Felipe nunca se ha parecido a su padre. Es igual que su madre. Tiene una parte alemana. Es serio. El padre, te lo encontrabas y te preguntaba por todo el mundo. Hiciera lo que hiciera todo el mundo se reía. Y esto es impensable. A Felipe lo veo algunas veces y está serio, apenas habla. Es de un talante totalmente distinto. Ahora, uno cometió muchas irregularidades económicas, muchísimas más de las que nos imaginamos, y el otro de momento que sepamos no ha hecho ninguna.

Ahora nos quedamos disfrutando de la novela, pero ¿qué le depara el futuro?

Ahora soy youtuber, desde hace casi un año, que me convenció mi hijo. Yo siempre salía cabreada de las televisiones, y mi hijo me dijo que me hiciera mi propio canal. Y me encantó. Desde el primer día me lo pasé superbien. Además, como periodista sigo en activo todavía, y voy a continuar con la literatura que es lo que más me gusta.

En redes, ¿cómo se vive, con haters, trolls...?

Los que veo los borro y ya. Pero te juro que estoy encantada. Vivo sola y las redes me hacen una compañía brutal, sobre todo durante los dos años de pandemia. La amistad ha evolucionado. Antes los amigos eran los que conocías en el colegio, pero ahora tengo mucha gente que no conozco pero que hablo con ellos a través de las redes y los considero amigos.