El mismo día, y casi a la misma hora que la revista Hola publicaba la portada más rentable de su historia, el polémico magnate de la comunicación anglosajona, Rupert Murdoch, anunciaba nueva boda en sus medios de cabecera. Un enlace que tendrá lugar este próximo verano, si su salud se lo permite, y que será el quinto para un hombre nacido en Melbourne (Australia) hace ya 92 años. La hasta ahora su última novia, Ann Lesley Smith, con quien mantiene una relación desde el pasado mes de septiembre, pasará a ser su mujer. Y todo ello apenas nueve meses después de que el empresario cerrara su divorcio con Jerry Hall (a golpe de talonario, por supuesto). 

Según ha narrado el mismo Murdoch al New York Post, diario de su propiedad, le entregó a la futura esposa, de 66 años, un anillo solitario de diamantes de talla Asscher, que él mismo “seleccionó personalmente”: “Ambos estamos ansiosos por pasar la segunda mitad de nuestras vidas juntos”. Entendiendo "segunda mitad" como una afirmación irónica de esas que tanto practica el patrón australiano.

Porque como mínimo resulta curioso que ninguno de los numerosos medios que han analizado estos días este bombazo informativo haya hecho ni la más mínima referencia a la avanzada de edad del magnate. Ni un titular, ni un subtítulo, ni una inocente frase. ¡Para nada! Una práctica que, sin embargo, ha sido radicalmente opuesta al comentar la nueva maternidad de Ana García Obregón. Sin abrir el peligroso melón de la gestación subrogada, lo cierto es que numerosos colaboradores y columnistas no se han cortado ni un pelo al censurar la capacidad materna de la bióloga y comunicadora dados sus 68 años de edad. Exponiendo como único motivo su longevidad.

Está claro que no es lo mismo casarse que traer una inocente criatura a este mundo. Pero sigue resultando terriblemente machista el enfoque de ciertas informaciones al abordar la edad de sus protagonistas, según sean hombres o mujeres. De hecho, la propia Ann Lesley Smith, viuda del cantante de country Chester Smith, ha recibido hate en redes sociales al confirmarse su boda con Murdoch. “Soy viuda desde hace 14 años. Al igual que Rupert, mi esposo era un hombre de negocios. Trabajó para periódicos locales, desarrolló estaciones de radio y televisión y ayudó a promover Univision. Hablo el idioma de Rupert y compartimos las mismas creencias. Acercarse a los 70 significa estar en la última mitad. Esperé el momento adecuado y mis amigos están felices por mí”, ha exclamado Smith en su defensa.