A Aitor la casa de su amama se le ha terminado por quedar pequeña. “Instalé ahí mi cuartel general, pero ya me he dado cuenta de que necesito un espacio en el que tener algo parecido a mi primer estudio. Lo que he encontrado no es un taller ni nada por el estilo. Es mi espacio de trabajo”. Y ese espacio está en Basauri, donde nació y creció. “Yo digo que es una oficina muy de los años 70”, asegura este diseñador con sus apenas 23 años de existencia, con dos grandes premios debajo del brazo y con unas cuantas entrevistas ya a sus espaldas. Y no es para menos. El año pasado fue reconocido con el premio ITS Responsible Creativity Award powered by Allianz, en el marco de la XIX edición del International Talent Support 2021 – ITS Contest 2021, por su colección Aitarekin Afaltzen. “Y me enteré después de que había sido el primer español en conseguirlo. No tenía ni idea”. Este año, con su tercera colección llamada Adarrak se alzó con el Mercedes-Benz Fashion Talent después de desfilar en la cita madrileña. Gracias a ese premio, además, en septiembre le espera la pasarela mexicana. De carcajada fácil y con los pies en el suelo, este basauritarra nos habla de su pasión por el arte, por los tejidos, por lo tangible de la moda, por la libertad que de creación, por los colores… y por sus raíces, protagonistas de muchas de sus piezas.

PERSONAL

Nombre: Aitor Goikoetxea Aburuza.

Fecha y lugar de nacimiento: 23-12-1999 en Basauri “Bueno, ¡como todos aquí nací en Cruces!”.

Familia: Hijo de Gloria y de Santiago, que falleció en 2013. Tiene una hermana mayor que se llama Aintzane.

Formación: Bachiller Artístico en Ibarrekolanda y Diseño de Moda en la Universidad IED en Barcelona.

Premios: Su colección Adarrak fue elegida como la ganadora de la 21ª edición de Mercedes-Benz Fashion Talent, un galardón que la reconoce como la mejor propuesta de los desfiles de la pasarela EGO.

¿Cuándo dijiste aquello de ama, quiero se diseñador?

Pues parece que todo mi entorno ya lo sabía antes que yo, porque lo decía todo el mundo cuando era pequeño. Yo no lo tenía tan claro, pero sí que era consciente de que me gustaba. Así que estudié Bachiller Artístico y cuando hubo que hablar de futuro me tomé en serio aquello que siempre que me decían y me fui a Barcelona durante cuatro años a estudiar en la Universidad IED, que fíjate, ahora tiene sede en la isla de Zorrozaurre.

¿Y en casa qué dijeron?

Hombre, para todos nosotros era algo desconocido porque nadie en mi familia se había dedicado a temas relacionados con la moda. Así que al principio creo que con un poco de miedo, pero siempre apoyándome.

Imagínese que está hablando con alguien que nunca ha visto una de sus prendas. ¿Cómo le diría que son?

Mis prendas suelen ser reconocibles por el uso de los colores y los estampados y están bastante alejadas del estilo clásico. Cuentan con una estética nostálgica y retro. En principio son prendas creadas en diseños masculinos, pero para un hombre abierto a experimentar.

"Me gustaría vestir a Harry Styles, tiene actitud”

Si no me equivoco colaboraba con la prestigiosa firma ManéMané. ¿Cómo fue lo de lanzarse con su propia firma?

Después del ITS Awards fui a Madrid y, efectivamente, estaba colaborando con ManéMané y aprendiendo mucho, pero cuando subí aquella primera colección a Instagram comencé a recibir un feedback muy positivo de gente que, de pronto, me compraba prendas. En un mes vendí todo. Ahí decidí lanzarme y creé la marca. Me llamó la atención que muchas personas se interesaron por mis piezas de punto, así que seguí investigando con este tejido y me he vuelto un poco autodidacta.

¿Háblenos de su experiencia en la Fashion Week de Madrid?

Fue increíble. Yo había hecho otras pasarelas pero esta era la primera a este nivel profesional. Siempre había trabajado solo o con la colaboración de algún artesano, pero para este desfile decidí pedir ayuda y rodearme de amigos que son unos diseñadores increíbles. Ellos me ayudaron no solo a nivel profesional, sino que me mantuvieron con los pies en el suelo y pude controlar el estrés. ¡Te juro que había veces que ya no sabía ni lo que opinaba de mi propia ropa! Es que tantos meses de trabajo en un solo desfile… Así que cuando gané y me dieron el micrófono para que dedicara unas palabras… ¡no sabía ni qué decir!

Goikoetxea supervisa el ‘backstage’ de la colección 'Adarrak'.

¿A quién le gustaría vestir?

Puestos a pedir… a Harry Styles. Para lucir mi ropa está claro que hay que tener actitud. Y él la tiene.

¿Se negaría a vestir a alguien?

Como te decía, quien elige una prenda mía ya está poniendo mucha actitud de su parte, así que estaría encantado de que cualquier persona la llevara. Bueno… si un torero me dijera que quiere vestir de mi marca no me gustaría nada.

Póngase en situación. Está en el metro de Barcelona y se da cuenta de que la persona que viaja a su lado viste de AITORGOIKOETXEA. ¿Le haría más ilusión eso o ver a Harry Styles en un concierto con un prenda suya?

(Risas) Pues mira, creo que me haría más ilusión ver en el metro a alguien con mi ropa.

Si no hubiera sido diseñador sería…

Cocinero. Y eso que nunca me he puesto en serio a cocinar y no tengo ni idea, pero me fascina esa capacidad que tienen de revisar las recetas tradicionales con una nueva visión, nuevas técnicas o nuevos sabores. De hecho es lo que intento hacer con mis prendas, y creo que la cocina da también esa oportunidad. Además los platos son tangibles, como mi ropa, y esa parte del arte que puedo tocar con las manos me apasiona.

"Mis raíces vascas cada vez tienen más peso en las colecciones”

¿Qué es lo que más le ha costado, o lo que más cuesta arriba se le ha hecho desde que llegó al mundo de la moda?

Gestionar el estrés. Soy muy exigente conmigo mismo, me pongo muchos objetivos y luego me frustro. ¡Quiero hacer muchas cosas en una semana! Esa parte es difícil de manejar para mí. Y eso que poco a poco voy aprendiendo. La parte buena es que ese estrés de las colecciones me lleva a ser cada vez más ambicioso con mis diseños.

¿Y qué es lo que más le gusta de su profesión?

La oportunidad que me da de ser auténtico, de ser sincero con mi voz interior en mis creaciones. Y también que esta profesión te obliga a estar siempre despierto porque diseñamos las colecciones con meses de antelación.

¿Y lo que menos?

La parte superficial que tiene la moda, ese choque de lo empresarial con la creación y el arte.

Sus colecciones se llaman Aitarekin afaltzen, Adarrak… y la crítica habló maravillas de la presencia de sus raíces vascas en las prendas.

Pues sí, la verdad es que nunca me había sentido especialmente identificado con mis raíces vascas, creo que tuve que salir de Euskadi y vivir en Barcelona para que se hicieran cada vez más presentes. Me permiten representar mi yo más auténtico y van ganando cada vez más peso y presencia en mis colecciones. Me identifico mucho con mis orígenes y con todo lo artesano. De hecho las dos colecciones en las que ya estoy trabando (una más definida de ropa deportiva y otra que está menos concretada de ropa de playa) también están impregnadas de mis orígenes vascos. Parece que voy a tener raíces vascas para rato (risas).

Medio mundo se vuelve loco por la internacionalización de las marcas y resulta que AITORGOIKOETXEA ya vende en Hawai o en Canadá…

Es que eso ha cambiado mucho. Ahora puedes trabajar donde quieras y por redes sociales e internet te pueden encargar una prenda desde el otro lado del mundo, como me pasa a mí.

¿Y dónde podemos comprar una prenda suya?

De momento trabajo por encargo. Las personas interesadas se ponen en contacto conmigo por medio de mi web o mis redes. Son miniproducciones y prendas que están muy cerca de lo exclusivo. Mi objetivo a medio plazo es entrar en tiendas multimarca, que para mi firma sería un gran paso. Entonces sí que tendría que producir mayor número de cada prenda.