La menopausia es la etapa de la vida de una mujer en la que finaliza la fase reproductiva. Suele ocurrir entre los 45 y 55 años y durante ésta se suelen producir numerosos cambios físicos y emocionales que no tienen por qué afectar a la calidad de vida.
Aunque cada vez hay más información sobre este periodo, muchas mujeres lo continúan afrontando con temor. Los expertos subrayan que casi todos los síntomas que suelen aparecer –sudoración, dolores óseos, irritabilidad, sofocos, cambios en la piel... – se pueden prevenir y aliviar con ayuda. Por ello, lo primero es acudir al ginecólogo, ya que hoy en día existe un abanico amplio de tratamientos, complementos y hábitos de vida que pueden ayudar.
Aquí van diez recomendaciones:
1 Ejercicio físico. Es una manera excelente de mantener en forma los huesos, articulaciones y músculos. Con un entrenamiento adaptado a las características individuales se puede mejorar la flexibilidad, la amplitud de los movimientos articulares, el tono muscular, favorecer la circulación o mejorar la capacidad respiratoria.
2 Relajación. Con la práctica de métodos de relajación se pueden obtener resultados positivos para el bienestar, como la disminución de tensión, y por tanto menos ansiedad o angustia. También mejor concentración y memorización, y aumento de la autoestima y del control emocional en esta etapa de especial inestabilidad.
3 Buenos hábitos. Dejar de fumar, consumir café o bebidas alcohólicas repercute en una mejor absorción del calcio de los alimentos y es fundamental en la protección cardiovascular.
4 Prevenir la osteoporosis. La tendencia a la pérdida de masa ósea con predisposición a la fractura es habitual en esta etapa. Para prevenirla, se recomienda caminar todos los días al menos media hora y enriquecer la dieta con alimentos ricos en calcio: productos lácteos, frutos secos, sardinas y anchoas, y también legumbres y vegetales verdes oscuros (espinaca, acelga, brócoli). Una recomendación para absorber bien el calcio es que los niveles de vitamina D sean óptimos y lo mejor para activarlos es tomar el sol (de 10 a 15 minutos al día).
5 Alimentación equilibrada. En la etapa de la menopausia hay una tendencia a aumentar de peso, con una redistribución del tejido adiposo que favorece su acumulación en la zona abdominal. Si se exceden las necesidades energéticas recomendadas (1.800 calorías según la OMS), se tenderá fácilmente y de forma progresiva a la obesidad.
6 Cuidar el suelo pélvico. La carencia hormonal favorece la aparición de incontinencia urinaria y prolapso genital en mujeres que han tenido hijos y no han recuperado ni cuidado la musculatura del suelo pélvico en los años posteriores. Es fundamental en esta etapa realizar revisiones ginecológicas periódicas y realizar ejercicios de fortalecimiento.
7 Sofocos. Para prevenir o minimizar los sofocos y la sudoración nocturna existen complementos alimenticios que ofrecen un suplemento beneficioso. Hablamos de las isoflavonas de soja, el trébol rojo, lúpulo o la salvia.
8 Proteger la piel. El desbarajuste hormonal también afecta a la piel. Deshidratada, esta se vuelve menos elástica, se seca y se arruga; por eso es momento de nutrirla con ingredientes beneficiosos: vitamina E, borraja y onagra.
9 Salud cardiovascular. Cuando la mujer tiene el periodo, la salud cardiovascular está más protegida porque las hormonas femeninas –los estrógenos– ejercen efectos beneficiosos sobre ella. Sin embargo, al llegar la menopausia, esta protección extra desaparece, de forma que hay que evitar el colesterol y la hipertensión.
10 Medicación. Es habitual que en este periodo se recomienden tomar corticoides o antiácidos, pero si el tratamiento se alarga varios meses seguidos o se excede la dosis se puede sufrir osteoporosis, con el consecuente riesgo de padecer fracturas. De ahí que sea vital seguir las pautas que indique el médico.