Admitiré hoy en público algo que siempre he negado. En especial durante los confusos años de mi adolescencia: desde bien txiki he querido ser amigo de Britney Spears. Miembro de la cuadrilla de la princesa del pop. Salir de fiesta con la diva (e intérprete) de temazos como Oops!... I Did It Again, Womanizer o Sometimes

Porque le pese a quien le pese, la también bailarina, compositora, modelo, actriz, diseñadora de modas y empresaria estadounidense (nacida en McComb, Misisipi, el 2 de diciembre de 1981) marcó un antes y un después en la historia de la música. ¡Revolucionó la cultura pop! Supuso un cambio de ciclo en mayúsculas que la elevó como la mejor artista adolescente de todos los tiempos antes de cumplir los 20 años. Porque con solo cuatro lustros de vida, Britney Jean (como se llama en la vida real) ya había amasado más dinero en su cuenta bancaria que los ahorros directos de Rocío Carrasco.

Pero el éxito, como el amor, no lo gestionó muy bien. Y muy pronto comenzaron todo tipo de problemas en su entorno. Denuncias por “abandono” de sus hijos, noches de eterna borrachera, descoque por internet y redes sociales, peleas por amor... Del cielo del éxito saltó al más caluroso infierno en cuestión de 24 meses. De hecho, fue tal su descontrol personal que un jurado popular dictó sentencia y nombró a su propio padre tutor de sus jugosas finanzas, bienes, hijos, posesiones y dinero. ¡Y menos mal! Este fue el único modo de que la artista pisara el freno, en lugar del acelerador, y regresara a regañadientes a una vida más anodina, pero libre de sustancias.

Una existencia ya libre de controles y paternalismos que le ha llevado a casarse por tercera vez. Y con un chico bien, Sam Asghari, con quien mantiene una relación excepcional desde hace seis años y de quien son todo buenas palabras. Por ello, el noviazgo fue aprobado de inmediato por el núcleo duro de las amistades de la hija de América, que acudieron juntas y revueltas a un enlace que dejó una foto para la posteridad. La imagen más retuiteada de todo este año 2022, que resume en seis mujeres treinta años de éxitos musicales, cinematográficos y del mundo de la moda. Pocas veces un evento volverá a reunir a seis divas tan grandes como Donatella Versace, Paris Hilton, la propia Britney Spears, Madonna, Selena Gómez y Drew Barrymore