El expresidente de Corea del Sur Yoon Suk Yeol ha conseguido evitar una nueva orden de arresto al quedarse en calzoncillos en mitad del centro de detención cuando los investigadores se disponían a ejecutar la detención para someterle a un interrogatorio en un caso de tráfico de influencias que se suma a la macroinvestigación a la que está siendo sometido a raíz de su fallida declaración de ley marcial a finales de 2024.

Yoon ha aprovechado la circunstancia de que los investigadores especiales tenían prohibido hacer uso de la fuerza para que el traslado fuera lo menos traumático posible. En su lugar, "el sospechoso se negó obstinadamente a ser arrestado mientras yacía en el suelo sin siquiera usar una bata de hospital", ha indicado el fiscal especial Oh Jeong Hee en declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.

El expresidente, ha indicado, no mostró ninguna intención de cooperar en absoluto, y se dedicó a interrumpir constantemente las declaraciones de los investigadores mientras permanecía tendido en el suelo, en ropa interior y con una camiseta sin mangas. "Ejecutar una orden de arresto no es un proceso de persuasión, pero considerando que es un expresidente, le recomendé que la cumpliera voluntariamente", ha añadido el fiscal.

La citación fue emitida sobre un caso de posible sospechas de abuso de poder por parte del expresidente a favor de su mujer, Kim Keon Hee, con la intermediación del periodista Myung Tae Kyun, acusado a su vez de hacer encuestas gratis para potenciar la figura tanto de Yoon como de su mujer antes de las elecciones presidenciales de 2022.

El expresidente estaba citado por este caso a finales del mes pasado pero no compareció tras alegar que tenía un problema de salud. En consecuencia, la fiscalía especial solicitó una orden de arresto el día 30, que fue emitida por el tribunal en la mañana del viernes, y que vence el próximo día 7.