La invasión militar lanzada por Rusia sobre Ucrania se acerca ya a su tercer aniversario sin que, sobre el terreno, ninguna de las dos partes haya logrado asestar el golpe definitivo. Las fuerzas ucranianas han resistido en estos últimos doce meses la embestida en el este y han abierto un nuevo frente dentro de Rusia, en la región de Kursk, si bien ahora todos los actores parecen ya a la espera de las políticas que pueda adoptar Donald Trump cuando vuelva en enero a la Casa Blanca.
El conflicto se ha recrudecido en los últimos meses, después de un aparente paréntesis en el que los frentes apenas se movían. La organización Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED) estima que la media mensual de combates se ha disparado un 63% con respecto a 2023 y, sobre el terreno, son las fuerzas rusas quienes tienen aparentemente la iniciativa.
Las Fuerzas Armadas de Rusia lograron hacerse en febrero con el control de Avdivka, una estratégica localidad situada en Donetsk, y han buscado ganar terreno en dirección a Járkov, la segunda mayor ciudad del país. En el tramo final del año avanzan hacia Pokrovsk, un núcleo clave para el suministro logístico de las tropas ucranianas. Entre medias, Rusia también ha perpetrado ataques a gran escala lejos de los territorios ocupados para destruir principalmente infraestructura crítica.
El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó este mismo mes que sus tropas habían tomado unas 190 localidades de Ucrania este año, si bien no existen datos independientes con los que poder contrastar esta o cualquier otra cifra, tampoco en relación a las posibles bajas. Moscú sostiene que sólo este año ha habido más de medio millón de bajas –muertos y heridos– en las filas ucranianas, mientras que Kiev afirma que la parte rusa ha sumado hasta noviembre alrededor de 360.000. Volodímir Zelenski sí ha admitido que 43.000 de sus militares han perdido la vida desde el inicio de la invasión.
El frente de Kursk
Kiev dio a principios de agosto un giro a su estrategia militar y sus fuerzas irrumpieron por primera vez de forma sólida en territorio ruso. Iniciaron una incursión transfronteriza en la región de Kursk, un frente de combate que sigue abierto a día de hoy. Zelenski justificó estos avances en la necesidad de crear una zona de contención para al menos alejar las posiciones de ataque rusas y presumió de estar llenando “el fondo de intercambio”, un eufemismo para referirse a la captura de prisioneros susceptibles de ser intercambiados a posteriori.
Además, Ucrania ha tratado de ampliar su radio de acción hacia otras zonas de Rusia alejadas de la frontera. En Moscú perpetró el 17 de diciembre su ataque de mayor calado contra un oficial militar, al matar con un patinete bomba al jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Igor Kirillov.
Aliados internacionales
El frente de Kursk ha evidenciado además una de las grandes alianzas tejidas este año por Putin, que en junio suscribió un acuerdo militar con el dirigente norcoreano, Kim Jong Un. Dentro de esta relanzada cooperación, Pyongyang ha enviado a miles de militares a Rusia para que colaboren en la recuperación de las zonas controladas por Kiev.
Putin, sobre quien pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI), ha seguido girando en este año sobre la misma órbita de alianzas, con apoyos fundamentales como los de China o Bielorrusia.
Zelenski, por su parte, ha tratado de meter más presión a sus socios, con vistas a acelerar la entrada de Ucrania en la UE y en la OTAN. En relación al bloque comunitario, ya están en marcha conversaciones para la adhesión, mientras que la Alianza Atlántica se resiste a formalizar la invitación a Kiev.
En corto
‘Cumbre norte-sur’. La alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Kaja Kallas, y los primeros ministros de Finlandia, Suecia, Italia y Grecia urgieron ayer a sus socios europeos a tomar “rápidas decisiones” en 2025 sobre defensa y seguridad para contrarrestar las amenazas de Rusia. Esta fue la principal conclusión de la llamada “cumbre norte-sur” sobre seguridad e inmigración ilegal celebrada este fin de semana en Saariselkä (Laponia finlandesa), con la participación de Kallas y los primeros ministros de los cuatro países.
Amenaza de Rusia. Vladímir Putin afirmó que Ucrania se arrepentiría del ataque del sábado contra la ciudad rusa de Kazán. “Por mucho que intenten destruir algo aquí, se enfrentarán a una destrucción mucho mayor”, dijo.