Es así. El mundo pende en gran medida de las decisiones que tome Trump en los próximos años. Su regreso a la Casa Blanca es un cambio tectónico de consecuencias imprevisibles en las relaciones internacionales. Un escenario incierto que analizan dos profesores universitarios, Alicia Chicharro (UPNA) y José Luis Martí (Pompeu Fabra), además del vicedirector de La Vanguardia Enric Sierra. En un mundo convulso, con focos dramáticos, está por ver qué pasará entre Estados Unidos y Europa, cómo abordará Trump la guerra en Ucrania, qué pasará en Palestina y qué sucederá con China. También cuáles pueden ser las diferencias entre el trumpismo que viene ahora respecto a su primer mandato, y cuál puede ser el nivel de refuerzo en determinadas corrientes ideológicas tras esta reválida en el poder.
Alicia Chicharro, derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Pública de Navarra
“El trumpismo tiene mucho más cuerpo que en 2016”
Para la profesora Alicia Chicharro, “se cierne sobre nosotros un escenario impredecible que es lo que le gusta ser a Trump. Pero los impredecibles anteriores tenían muy clara su hoja de ruta. En los cuatro primeros años Trump muchas veces no tenía una hoja de ruta concreta”.
Según Chicharro, la ideología de Trump es “mucho más próxima a algunos de los más euroescépticos de la UE, como Viktor Orbán”, por lo que teme escenarios cuando menos “impredecibles”.
Respecto a Ucrania, esta profesora apunta que Trump “decía antes de las elecciones que era capaz de hacer la paz incluso antes de su nombramiento oficial” previsto para enero. Chicharro se pregunta “a qué precio” será. Si aparcará “las normas más básicas del derecho internacional consagradas en la Carta de las Naciones Unidas”. Cree que esa hipótesis es muy probable, y presume que “lo que menos prime en la mesa de negociación sean las reglas claras establecidas desde 1945 del derecho internacional que nos han servido desde entonces en Europa para no tener una nuevo conflicto bélico al menos entre los países que siempre estaban en guerra”.
Margen de Zelenski
“Si el mensaje de Trump es que deja a Zelenski de la mano en ayuda militar no tendrá ningún margen”. Si el apoyo siguiera aunque forzando a los países de la UE a una contribución más directamente a Ucrania en esa guerra, igual tendría un cierto margen. “Pero si el mensaje que quiere transmitir Trump es aquí no pinto nada, que los europeos se arreglen ellos solos, entonces Zelenski no tendrá prácticamente nada que hacer”.
Ocho años después
Preguntada por las diferencias con respecto a lo que sucedió en 2016, Chicharro constata que “lamentablemente el trumpismo tiene mucho más cuerpo” que entonces. “Cuando este señor llegó al poder en aquel mandato se encontró con unas estructuras que no pudo desmontar desde el minuto cero. Muchas veces, cuando lanzaba sus excentricidades, incluso en sus círculos más cercanos se decía que siempre había un adulto en la habitación que le corregía. Pero ahora ya ha aprendido” y se “ha sabido rodear de una serie de personas que le van a decir a todo que sí”, mientras aquellos que antes le ponían pegas se los ha quitado de en medio y se ha puesto a Elon Musk”. Además, Chicharro recuerda que “hay un tanto por ciento muy grande de la población que cree en esas ideas que los demás consideramos que pueden ser locas y realmente le apoyan.
EEUU y china
“En geopolítica Trump aplica los principios que conoce de la economía”. Así que “lo que más le interesa siempre es la guerra comercial, se la tiene declarada a China, y va a seguir por ese derrotero” en forma de aranceles, por ejemplo.
Para Chicharro, “China es la principal amenaza a la supremacía de EEUU, porque por mucho que el gasto militar sea una barbaridad y que militarmente EEUU aún sigue siendo la superpotencia, donde pierde la supremacía es en la economía, y Trump lo tiene bien claro”.
“Trump ha sabido rodearse de una serie de personas que le van a decir a todo que sí"
Este no es un asunto que escapase de las preocupaciones de los demócratas, pero electoralmente no les ha resultado rentable. Por más que Biden poco a poco fue “reduciendo el déficit comercial con China”, para Chicharro “eso no se ha visto, no ha influido en las urnas” y, en cambio, las “excentricidades” de Trump han conectado con el electorado más proclive a las “exaltaciones” frente a unas cifras y a una política “de proteccionismo no tan bronco” que se habían puesto en marcha.
Futuro de la OTAN
“EEUU no se va a salir de la OTAN, su pertenencia está blindada, porque hacen falta dos tercios del Senado”, pero hay un clima de opinión para que Europa incremente su presupuesto, algo que “ha calado” en la sociedad estadounidense, observa Chicharro, que ve un riesgo en que EEUU “nos deje en una OTAN debilitada por ellos mismos y con el vecino (en alusión a Rusia) que siempre lo va a ser, lo queramos o no. Un problema para una UE “gigante económico con pies de barro en materia de Defensa”, una situación que Chicharro plantea si es necesario revertir.
Cuestión migratoria
“Trump no ha sido realmente el que más dinero ha puesto en los controles migratorios ni muchísimo menos. Creo que fue bastante más agresiva la política de Obama de limitación de número de personas que podían acceder a tener un permiso de trabajo en EEUU, señala esta profesora de la UPNA. “Parece extraño, pero no hay más que mirar las cifras”. La situación en Europa también es para mirarse al espejo. “Preferimos darle dinero a países terceros, incluso si no compartimos muchos de sus valores, o no los compartimos en absoluto, y sin embargo les entregamos un montante y que sean ellos los que hagan de muro”.
José Luis Martí, Derecho y Filosofía Política en la Universitat Pompeu Fabra
“Marca un cambio de época para Europa en su rol en el mundo”
El profesor José Luis Martí desarrolla una línea de investigación en Teoría Democrática. A su juicio, “este segundo mandato no tiene nada que ver con el primero”.
Martí observa que Trump va a tener “un poder sin precedente”, tanto que no pone la mano en el fuego por que esta sea su última legislatura presidencial. “La Constitución americana es clara prohibiendo a un presidente ejercer más de dos mandatos, pero como él controla la Corte Suprema y la va a controlar aún más previsiblemente, hace que todo sea muy incierto, incluso esto”, por lo que no descarta una interpretación que acote la prohibición a dos mandatos consecutivos.
Ya no es un ‘outsider’
Martí incide en que Trump “ya conoce cómo funciona el poder”, en contraste con 2016. Ahora va a contar “con muchísimos menos frenos y contrapesos”, y el “único bastión” que se perfila al respecto es el federalismo del país. Además, prosigue, desde 2020 a 2024 Trump “ha ido limpiando progresivamente el Partido Republicano y la oposición con la que se iba encontrando ha sido eliminada”. Nos encontramos con un “liderazgo todavía muchísimo más personalista” que hace ocho años, “sin apenas resistencia interna” y “sin un partido fuerte para que le pueda limitar y hacer de freno y contrapeso”.
“Para Europa es muy mala noticia. El segundo mandato de Trump nos deja solos en el mundo”
Martí espera “una regresión en la agenda del cambio climático y un “realineamiento bastante incierto” sobre un “eje explícito entre Rusia, China y Estados Unidos o más bien lo contrario”. En todo caso, “para Europa es muy mala noticia. Trump es el presidente de EEUU que menos simpatía y colaboración va a tener, y esto nos deja más solos en el mundo. Como ya estamos viendo en las declaraciones de líderes europeos, Europa tiene que tomar buena nota de esto y hacer su política totalmente independiente, cosa que no ha hecho hasta ahora desde la Segunda Guerra Mundial”. Así que la vuelta de Trump “marca un cambio de época para Europa en su rol en el mundo”.
En clave europea
Nuestra presencia, ahonda, “cada vez es menor y más débil. Demográficamente somos el 5%, económicamente un poco más. La tendencia de larguísimo plazo ya era al declive, pero como hermano menor de Estados Unidos, bajo su ala, alineados”. En cambio, ahora cree que “salimos a campo descubierto. En esta posición de debilidad demográfica, económica y militar de Europa esto marca un cambio de época, y no sé qué seremos capaces de hacer, pero está claro que hay que pensarlo; la estrategia internacional de la Unión Europea tiene que ser distinta”.
Martí cree que el Partido Demócrata “ha cometido errores gravísimos”. Recuerda que “uno de los elementos que jugó más en contra de Hillary Clinton y que Trump explotó muy bien en 2016, era que su oponente era establishment y línea dura del partido, igual que lo era Biden, pero esto a Clinton le pasó factura”.
Pinchazo demócrata
Para este profesor, “estaba muy claro que el Partido Demócrata estaba perdiendo la conexión con las clases trabajadoras, y que la acusación de Trump de que representaba el establishment de Washington le hacía mucho daño”. Los demócratas “jugaron la carta de las minorías como única ganadora, pensando erróneamente que los latinos iban a votarles sistemáticamente, y se equivocaron”.
Martí piensa que seguramente “Biden no debería haber sido el candidato en 2020”, y critica que su victoria, lejos de generar una renovación interna “para sorpresa de muchos” dio lugar a un intento frustrado de reelección, “porque no dejaron que surgiera ninguna voz interna nueva como fue Obama, que ganó las elecciones de 2008”. A su juicio, el Partido Demócrata bloqueó esa renovación “deliberadamente”, y fue un error total. Harris fue una opción a la desesperada “visto el fiasco de Biden como candidato porque todas las encuestas ya lo daban como perdedor y tenía los problemas que tiene”. Al final, resume, “nadie sabía qué iba a pasar en estas elecciones, pero tampoco a nadie nos sorprendió que ganara Trump al final”.
Como corriente de fondo observa un “fenómeno transversal de división en todas las democracias occidentales”, donde “tenemos vidas y prioridades distintas, valores y enfoques políticos distintos entre el mundo urbano y el rural, y una segregación de voto entre esos dos ámbitos”.
Enric Sierra, vicedirector de ‘La Vanguardia’
“La pretendida paz de Trump en Ucrania sería una derrota”
Para Enric Sierra, la “pretendida pacificación que quiere hacer Trump de Ucrania puede tener una consecuencia muy nefasta a medio plazo, porque significaría la entrega por Ucrania del territorio que ya ha ocupado Rusia. Por tanto, una derrota, y que a Rusia de aquí a un tiempo le pueda apetecer seguir con su andanada expansionista. Tenemos a todos los países bálticos muy preocupados, la frontera con Finlandia, el asunto de Moldavia...”. A su juicio, una escalada expansionista tiene ahora “más plataforma que hasta ahora que ha habido un freno de la OTAN y de Europa con su alianza con EEUU a este avance imparable de Rusia. Si ahora decidimos que Rusia ha ganado le podemos dar carta de naturaleza para seguir con su ofensiva, y eso pone en grave problema a Europa”.
Según Sierra, Europa puede quedar “debilitada a raíz de esta aparente victoria de Putin y el interés de Trump de dejar de invertir tanto dinero en la OTAN. A eso se suma China, con “intereses económicos muy potentes en África y su incursión progresiva en el continente europeo por la vía económica”. “Si Europa no se fortalece económica y políticamente, tiene muchos números de salir perdiendo en esta triangulación”. Las discrepancias políticas en la UE no ayudan a ese fortalecimiento.
En Palestina
Por lo que respecta a Netanyahu, su relación con Trump va “más allá de lo político, es personal y a día de hoy muy intensa y cercana”. Esto puede facilitar “su plan de anexionarse Cisjordania y hacer desaparecer la Franja de Gaza, o dejarla prácticamente bajo tutela de Israel. Algo que con Biden ha tenido que disimularlo más”, señala Sierra.
“Si Europa no se fortalece, tiene muchos números para salir perdiendo”
¿Cuál puede ser la reacción de otros países? “Veremos a ver qué opina el resto de la comunidad internacional, y sobre todo la comunidad árabe. Hasta ahora, asegura, EEUU ha hecho una cierta labor de arbitraje, “pero si se decanta tan descaradamente a favor de este plan de práctica desaparición de Palestina, habrá una respuesta de las otras dos partes, Europa y el mundo árabe, pero aquí nuevamente dependerá de la fortaleza que tenga sobre todo Europa para hacer un acto de contestación a estos planes que llevarán Trump y Netanyahu adelante.
En clave progresista
La victoria de Trump, observa Sierra, confirma la existencia de “una corriente derechista conservadora y en algunos casos ultra que sigue soplando con fuerza” y que incluso se refuerza.
Según el vicedirector de La Vanguardia, eso “no solo es culpa de estos partidos ni de la gente que los vota, también la izquierda debería hacer una reflexión sobre qué ha hecho mal, qué discurso ha hecho en relación a los problemas de la gente, que no ha visto una solución en los gobiernos de izquierda, y se refugia en mensajes que pueden ser botes de humo pero que lanzan una cierta esperanza a estas personas”.
Esto “no quiere decir que la izquierda se vuelva de derechas, sino que debe ser más pragmática, y pensar en cómo plantear soluciones a los problemas graves, como migración, envejecimiento o pérdida de punch económico de las clases medias y bajas. Todo eso tiene que tener un abordaje sin apriorismos ni prejuicios y pensando mucho en la gente”.
A su juicio, “la izquierda no ha hecho esta reflexión, y el resto les ha comido la tostada. Ahora ya se llega tarde”, observa, por lo que entiende que hay que “contrarrestar estos mensajes más ultras con políticas realmente pragmáticas y útiles”. Si no, “en democracia la gente acaba votando lo que le parece, y habrá que respetarlo, aunque no lo compartas, y por lo tanto entender bien por qué todos estos centenares de millones de personas acaban votando a unas tendencias que en otra época serían impensables”.