Más de 50 años después de que las imágenes de la brutal represión policial a los manifestantes en contra de la guerra de Vietnam en los márgenes de la Convención Nacional Demócrata dieran la vuelta al mundo, Chicago es de nuevo la sede del gran evento electoral del partido, que arrancó de madrugada en España.
Gaza
La oposición a la guerra en Gaza, que atrae a miles de manifestantes a la ciudad, dibuja ciertos paralelismos entre ahora y el verano de 1968. Sin embargo, el momento político actual, con una candidatura demócrata ya definida en Kamala Harris, y una alcaldía en Chicago encabezada por un líder progresista, marcan fuertes diferencias.
A su vez, el movimiento estudiantil en apoyo a Palestina, que se extendió por todo el país a inicios de año, ha ido perdiendo impulso, con las universidades en receso por verano. El contexto de las protestas en Chicago en el 1968 es clave para entender el gran apoyo que tuvieron y la dura respuesta policial.
Asesinato de Kennedy
EEUU estaba atravesando un convulso periodo histórico, marcado por los magnicidios del presidente John F. Kennedy en 1963, de su hermano y sucesor político Robert F. Kennedy y el activista por los derechos civiles de los afroamericanos Martin Luther King Jr., ambos en el 1968. Precisamente, la muerte de King, cuatro meses antes de la convención, provocó una oleada de manifestaciones y revueltas en las principales ciudades del país.
Guerra de Vietnam
La oposición contra de la guerra de Vietnam, que tuvo como caldo de cultivo los campus universitarios, ya se había ido fortaleciendo durante varios años, creando lo que es considerado ahora como el mayor movimiento antibélico en la historia del país.
A diferencia de las protestas y la movilización en oposición a la guerra en Gaza, “el movimiento en contra de la guerra en Vietnam era mucho más grande, estaba más desarrollado y ya había estado construyéndose por varios años” para el momento de la convención, señala Marsha Barret, historiadora de la Universidad de Illinois. Sin embargo, ambos movimientos antibélicos, el actual y el del 68, se enfrentan a una clase política que ignora o desestima sus demandas.
Biden condenó las protestas
El presidente estadounidense, Joe Biden, condenó las protestas en los campus en mayo, asegurando que no eran “pacíficas”. Harris, por su parte, no ha dado declaraciones concretas sobre el movimiento propalestina, pero acalló recientemente a manifestantes en un mitin en Detroit: “Si quieren que Trump gane, díganlo y ya”.
Después de que Biden dejara la candidatura demócrata, presionado por miembros de su propio partido y preocupaciones sobre su edad y su salud, el partido demócrata ha cerrado filas en torno a Harris. La convención servirá como un evento para celebrar la candidatura de Kamala.
Esta es una gran diferencia respecto a 1968, cuando el partido llegó a la convención sin candidato definido, tras la decisión de Lyndon B. Johnson de no aspirar a un segundo mandato. Hubert Humphrey terminó haciéndose con la nominación, pero los reclamos de la juventud antibélica se hicieron notar.
Dispositivo policial
A su vez, la fuerza de las protestas y la dura represión policial hizo que las críticas de los diferentes movimientos sociales se sintiera “en la convención”, lo que llevó a que se cambiaran las reglas para la elección de los delegados y se incluyeran más mujeres, jóvenes y personas negras.
La respuesta policial del 68 estuvo liderada por el entonces alcalde de Chicago, Richard J. Daley, que movilizó a más de 12.000 policías.
El actual alcalde de la ciudad, el demócrata Brandon Johnson, ha prometido proteger el “derecho fundamental” a la protesta.