Las conversaciones para un acuerdo de tregua en la Franja de Gaza y canje de rehenes por presos palestinos vuelven a naufragar después de que Hamás no haya cedido en sus exigencias de un alto el fuego “integral” y retirada de las tropas israelíes, demandas que Israel considera “delirantes”. Después de que Hamás comunicara a los mediadores –EEUU, Catar y Egipto– que mantiene su postura de semanas atrás; la Oficina del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tildó las demandas de los islamistas de “delirantes” y “extremas”, y ordenó el regreso de su equipo negociador de Doha.

“La posición de Hamás demuestra claramente que no está interesado en llegar a un acuerdo y es un testimonio desafortunado del daño de la decisión del Consejo de Seguridad”, señaló un comunicado de la Oficina del Primer Ministro, que vincula directamente la decisión del grupo a la primera resolución de la ONU por un alto el fuego en la Franja.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el lunes por primera vez una resolución pidiendo un alto el fuego en el enclave, que salió adelante con la abstención de EEUU –que había vetado otras medidas similares–, algo que molestó a Netanyahu, quien anuló un viaje a Washington de sus asesores a invitación de la Casa Blanca para discutir alternativas a la ofensiva terrestre en Rafah, extremo meridional del enclave.

El movimiento Hamás anunció en un comunicado, en el que no menciona la resolución de la ONU, su negativa a la última propuesta recibida por Israel y EEUU porque “no responde a ninguna de las demandas básicas del pueblo palestino y de la resistencia”. Hamás citó “un alto el fuego integral, la retirada de la Franja de Gaza, el regreso de los desplazados y un verdadero intercambio de prisioneros”, como sus requisitos fundamentales.

El grupo sí reaccionó a la medida de la ONU, resolución propuesta por una mayoría de países árabes, celebrándola y exigiendo su implementación y cumplimiento para un “alto el fuego permanente que detenga la guerra de genocidio y la limpieza étnica”.

Negociaciones en Doha

Delegaciones de Israel y Hamás mantuvieron el fin de semana en Doha negociaciones indirectas –con la mediación de Catar, Egipto y EEUU– en las que el equipo israelí, encabezado por el jefe del Mosad, David Barnea, hizo una nueva propuesta, diseñada mano a mano con el director de la CIA, Wiliam Burns, quien también viajó a la capital catarí.

“Hamás rechazó una vez más una propuesta que contaba con el apoyo estadounidense y reiteró sus exigencias extremas: fin inmediato de la guerra, retirada completa israelí de la Franja y la permanencia en el poder para poder repetir la masacre del 7 de octubre”, acusó Tel Aviv.

Israel subrayó que no se someterá a las “delirantes demandas” de Hamás y que seguirá operando en la Franja para lograr todos sus objetivos de la guerra: “Liberar a todos los secuestrados, destruir las capacidades gubernamentales y militares de Hamás y garantizar que Gaza no represente más una amenaza para Israel”.

“Netanyahu y su gobierno extremista tienen toda la responsabilidad de frustrar todos los esfuerzos de negociación y obstaculizar el logro de un acuerdo hasta el momento”, acusó Hamás al Ejecutivo israelí.

La propuesta rechazada por Hamás contemplaría la excarcelación de unos 700 u 800 presos palestinos, incluidos un centenar condenados por asesinato, a cambio de liberar unos 40 rehenes, prioritariamente mujeres, niños, enfermos y ancianos en una primera fase, según filtraciones a la prensa hebrea.

El nuevo borrador duplicaba el número de presos palestinos que Israel estaría dispuesto a soltar, ya que semanas atrás se negociaba sobre una base de 400 prisioneros por 40 rehenes, durante una tregua de seis semanas.

Un punto crítico en las negociaciones es el perfil de presos palestinos a liberar, ya que Hamás exige unos 30 prisioneros de alta seguridad condenados a cadenas perpetuas por terrorismo, por cada mujer soldado que entregue. La contraoferta de Israel es de cinco de estos presos por cada una.