El primer ministro británico, el conservador Rishi Sunak, dijo este viernes en un mensaje a la nación que las "fuerzas extremistas" están intentando dividir al Reino Unido y han puesto la democracia en la diana desde los ataques del grupo islamista Hamás en Israel el pasado 7 de octubre.

En una inusual declaración a las puertas de Downing Street, Sunak avisó de que hay un "impactante aumento en las alteraciones extremistas y en la criminalidad" después de esa fecha y manifestó que los radicales han "secuestrado" las protestas pacíficas en defensa de Palestina.

"Debemos enfrentarnos a los extremistas que nos separan. Debe haber liderazgo, no apaciguamiento", dijo el primer ministro en un discurso de marcado carácter alarmista.

Llamó a sus compatriotas a no romperse en bandos polarizados de "comunidades que viven vidas paralelas" e instó a los manifestantes en favor de Gaza a no permitir que los extremistas "secuestren" sus marchas.

"Ha llegado el momento de levantarse juntos para combatir las fuerzas de la división y derrotar a este veneno", agregó.

A juicio de Sunak, la ciudadanía espera que la policía, criticada desde algunos sectores por su supuesta pasividad ante eslóganes y actitudes radicales en las manifestaciones, "no solo gestione las protestas, sino que las controle".

"Le digo esto a la policía: os apoyaremos cuando paséis a la acción. Pero si (la gente) pide más a la policía, nosotros, como gobierno, debemos apoyar ese llamamiento a la acción", señaló.

Nuevo marco de actuación

Anunció que su gobierno presentará este mes un nuevo marco de actuación para las fuerzas de seguridad y también que aquellos acusados de delitos de odio que residan con un visado en el Reino Unido perderán su derecho a seguir en el país.

Dedicó parte de su alocución a la victoria del izquierdista y propalestino George Galloway en unas elecciones parciales en la circunscripción inglesa de Rochdale, que calificó de "más que alarmante" y que "requiere de una respuesta".

Las palabras del primer ministro llegan después de unos convulsos días en los que el Parlamento vivió una crisis por la votación la semana pasada de una moción sobre la guerra de Gaza.

El presidente del Parlamento, Lindsay Hoyle, fue objeto de duras críticas tras decidir alterar el orden de la votación, según dijo, para preservar la seguridad de los diputados.

Esta semana, el Gobierno decidió destinar un nuevo paquete financiero para costear la protección de los diputados y, según los medios británicos, al menos tres parlamentarias han comenzado a contar con escolta permanente por las amenazas que han recibido.