Rusia lanzó ayer un nuevo ataque masivo con misiles y drones contra Ucrania mientras la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) dio un paso más hacia la aprobación de la nueva ley de movilización, con la que busca detener el avance de las fuerzas rusas.

“Un ataque masivo más contra nuestro país”, escribió el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su canal de Telegram, al presentar un balance preliminar de las víctimas y daños. Según la Fuerza Aérea de Ucrania, las fuerzas rusas lanzaron 20 drones Shahed iraníes y 44 misiles –entre ellos balísticos Iskander-M y de crucero Kalibr–, la mayoría de los cuales fueron derribados.

El alcalde de Kiev, Vitali Klitchkó, informó de que este ataque –el tercero contra la capital ucraniana en lo que va de año– causó un incendio en un edificio de apartamentos de 18 plantas y daños en dos líneas de alta tensión, además de cuatro muertos y 32 heridos.

El jefe de la Administración Militar de Kiev, Serguí Popko, indicó que los servicios de emergencia evacuaron del edificio a 52 personas y extinguieron el incendio. Además, el Ministerio de Energía informó de fallos en la red eléctrica que dejaron a oscuras a 19.400 clientes de dos distritos capitalinos.

El ataque coincidió con la visita a Kiev del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y le obligó a bajar junto al resto de la delegación a un refugio subterráneo.

Objetivos rusos

Mientras, en la región sureña de Mykoláyiv, el jefe de la Administración Militar Regional, Vitali Kim, indicó que una persona murió a consecuencia del ataque.

El alcalde de la ciudad homónima, Oleksandr Senkevich, afirmó a su vez que 40 viviendas quedaron dañadas y que al menos doce personas resultaron heridas. Los bombardeos también alcanzaron las regiones ucranianas de Járkov, en el este, donde resultaron heridas dos personas, y Leópolis, en el oeste.

El Ministerio de Defensa de Rusia reivindicó el ataque masivo y señaló que sus objetivos fueron empresas del complejo militar industrial encargadas de la producción de “drones acuáticos, sistemas costeros de misiles antibuque, misiles para lanzaderas múltiples y sustancias explosivas”.

Además, el Servicio Federal de Vigilancia Financiera de Rusia (Rosfinmonitoring) ha incluido en su lista de terrorismo al jefe del Servicio de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Kiril Budanov, a quien acusan de varios ataques en 2022 contra el puente Kerch, que une Crimea con la región rusa de Krasnodar.

Trámites de la nueva ley

En tanto, la nueva ley de movilización, que ha generado grandes polémicas pero resulta indispensable para reunir fuerzas contra el Ejército ruso, superó ayer su primera lectura en la Rada Suprema de Ucrania (Parlamento).

La norma fue respaldada por 243 diputados de un total de 326, la mayoría del partido Servidor del Pueblo de Zelenski, pero sin el apoyo de las formaciones del expresidente Petró Poroshenko y la ex primera ministra Yulia Timoshenko.

Según el diputado ucraniano Yaroslav Zheleznyak del partido de centroderecha Golos, la Rada deberá presentar las enmiendas para la segunda lectura en catorce días, tras lo cual “lo más probable es que sea aprobado en la última semana del mes, firmado a principios de marzo, y entraría en vigor en abril”.

Después de que el primer borrador del proyecto fuera rechazado categóricamente por entrar en contradicción con la Constitución ucraniana, la nueva versión fue entregada a la Rada a finales de enero.

El nuevo documento redujo a 25 años la edad de llamamiento a filas y decretó la obligación de ofrecer a los movilizados entre dos y tres meses de entrenamiento antes de ir al frente. Además, las autoridades castrenses podrán bloquear cuentas y privar de licencias de conducción a los evasores, entre otras medidas.

El reclutamiento forzoso en lugares y transporte públicos es una de las quejas más extendidas en la sociedad ucraniana respecto a la manera en que se lleva a cabo ahora la movilización.